Mason.
Ravenfil. 12:01 pm
Instintos y marcas.
Finalmente, Alice rompió el silencio.
—Roxanne —dijo suavemente, su tono lleno de advertencia—. Me agrada. No la lastimes, Mason. Es de los nuestros. Pertenecerá a la manada.
Mis dientes se apretaron. De los nuestros. La idea de que Roxanne perteneciera a la manada era algo que me incomodaba de formas que no entendía. Era demasiado débil, demasiado fácil de manipular... y sin embargo, esa debilidad, esa fragilidad, me atraía de una manera oscura. Me gustaba verla temblar bajo mi control. Quería verla quebrarse, pero también había una extraña necesidad de protegerla.
—No lastimo a los míos —respondí finalmente, con un tono que no dejaba lugar a dudas.
Alice se detuvo y me miró con esa expresión que solo ella podía tener. Sabía que estaba leyendo más en mis palabras de lo que yo quería admitir. Su mirada siempre veía a través de mí, como si pudiera adivinar cada emoción que intentaba reprimir.
—No soy tonta, Mason —susurró, con una sonrisa que parecía más un desafío que un gesto de cariño—. Pero te advierto, no juegues con ella de la misma manera que juegas con los demás. Ella es diferente.
Diferente. Esa palabra me molestaba. ¿Qué tenía Roxanne que la hacía diferente? ¿Por qué su nombre parecía grabarse en mi mente con una intensidad que no quería aceptar?
La ignoré y continué caminando en dirección a la mansión de su abuela, mi mente ya enfocado en lo que tenía que hacer. Alice me seguía de cerca, pero se mantenía en silencio, como si supiera que no podía cambiar lo que estaba por venir.
La mansión era tan lúgubre como la última vez que la vi. Oscura, rodeada de árboles muertos y sombras que parecían alargarse con la luz de la luna. Un lugar perfecto para alguien como Roxanne. Siempre se había visto cómoda en los rincones oscuros, en medio de la incertidumbre.
Me acerqué a una de las ventanas, moviéndome con la precisión de un depredador.
Sabía que ella estaba dentro, y por alguna razón, necesitaba verla. El cristal frío de la ventana me devolvió un reflejo distorsionado de mí mismo, pero mis ojos se centraron en la figura que estaba dentro.
Allí estaba.
Roxanne, vendándose el brazo, donde el cuchillo había dejado su marca. Mi marca. Un destello de satisfacción cruzó mi mente al ver el vendaje cubriendo la herida que yo mismo había provocado. El dolor que había causado, la angustia que había sentido... todo eso alimentaba algo oscuro en mí. Pero no era solo la satisfacción. Era el deseo. El deseo de tocarla de nuevo, de sentir cómo su cuerpo se estremecía bajo mi control, de ver si esta vez rompería completamente.
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Two Roses Black (ALONE)
Mystery / ThrillerRoxxane nunca imaginó que un simple viaje familiar al corazón de un pueblo desolado cambiaría su vida para siempre. La cabaña de su abuela, perdida en las entrañas de un bosque oscuro y lleno de secretos, no era el refugio tranquilo que esperaba. Al...