Altanero, precioso y orgulloso 🦁

875 133 94
                                    

Sergio

Mientras esperaba la llamada de mi hermano recibí varios mensajes de Carlos, felicitándome por las fotos que Maxi tenia de estado en WhatsApp, me dio demasiada vergüenza tener que explicarle porque no salía en ninguna de ellas, acabe oyéndolo durante más de 15 minutos regañándome.

-Lo sé, ya lo sé Carlos, no tienes que repetir lo que ya me han dicho todos.

-Parece que sí, checo la estas cagando cabron y lo que menos quiero es que tu solo arruines tu felicidad.

Agradecía infinitamente tener amigos que se preocuparan por mí, y que no solo me dieran palabras de aliento, si no que me hicieran ver mis errores, tal vez para mí no fue mucho el salir con Saúl pero no tome en cuenta los sentimientos de Max y de Oscar.

Las notificaciones en mi teléfono me sacaron de esos pensamientos, le había dado acceso a mi hermano a mi tarjeta para que me ayudara a recuperar a Max, los cargos a mi tarjeta iban desde la florería hasta...

¿una camiseta del américa?

Supongo que mi hermano se cobró por adelantado el favor.

Busque la mejor camisa que tenía entre mi ropa, sí planeaba conquistar nuevamente a mi lindo holandés debía estar vestido adecuadamente. Saque un pantalón que él me había regalado y lo combine con una camisa blanca, me mire al espejo y por primera vez en algún tiempo me sentí inseguro, soy un hombre de 33 años buscando enamorar de nuevo a un joven de 25, Max es tan perfecto que podría tener a cualquier persona a sus pies, yo había tenido una suerte maravillosa al poder llamarlo mi pareja y como un estúpido la desperdicie.

¿Qué me aseguraba que Max aceptaría perdonarme?

Despeine mi cabello con frustración, no solo era Maxi quien debía disculparme, mi hijo también había salido desilusionado, cuando lo adopte había jurado darle todo lo mejor de la vida y de mí, no fallarle y estar siempre para él. Las amistades también importan en la vida sin embargo ahora mi prioridad era y debe ser mi familia.

No tenía cara para plantarme frente a mis chicos maravillosos, estaban en todo su derecho de desecharme y olvidarse de mí, estaba empezando a divagar, necesitaba los besos que Max me daba para hacerme callar y calmarme.

No solo eso, necesitaba volver a sentir ese vínculo invisible que parecía unirnos desde el día 1. Mi teléfono sonó sacándome de mis propios pensamientos pesimistas.

-Chequito, ya está todo listo hermano, te mando la ubicación de donde estará Max. Más vale que hagas las cosas bien.

Le agradecí a mi hermano y me encamine hacia el auto, estaba decidido, ahora más que nunca, no quiero perderlo, no quiero separar la familia que Oscar tiene una vez más.

Luego de maldecir tanto internamente como en voz alta a los peores conductores de Guadalajara el GPS indicaba que ya había llegado, es una calle como cualquier otra y solo hay una taquería, ¿Mi hermano quería que el momento más romántico en mi vida sucediera en una taquería?.

Estacione en la esquina detrás de la camioneta de Toño y le escribí a mi hermano como habíamos acordado, a los pocos minutos él salió y camino hacia su auto, saco un bello ramo de flores y un arreglo de dulces, que supongo era para Oscar, mis manos empezaron a sudar.

-Bien hermano, aquí tienes, los mariachis deben estar por llegar, estamos en la mesa de la esquina, Max no está enojado.

-¿En verdad?- Sin poder evitarlo mis ojos se agrandaron, llenos de esperanza y anhelo porque eso fuera cierto.

-En verdad, él no está enojado, algo peor, él está decepcionado, y el pequeño, tiene los ojos hinchados luego de llorar porque cree que hizo algo mal y por eso no estuviste con ellos.

2x1 ChecoxMax ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora