Ling volvió a la habitación del hotel con un ramo de rosas. Cuando entró en el baño tenía una radiante sonrisa en el rostro.
"El mejor viernes de mi vida". murmuró arrastrando las palabras.
Orm emergió de debajo de una capa de espuma y se sentó en la enorme bañera. Al ver las rosas rojas, rosas y blancas, sonrió y alargó la mano hacia Ling.
"Son preciosas, cielo".
Ling se puso de rodillas al lado de la bañera y le dio un largo beso.
"Tú también, mi amor".
Orm enredó la mano en su cabello y la atrajo para besarla otra vez. Su cita mensual para comer la había puesto muy caliente y necesitaba más. Ahora que su cuerpo se había recuperado, y tras haberse pasado las últimas cuatro horas pensando en lo enamorada que estaba, no se cansaba de tocar a su amante.
Ling dejó las rosas sobre la tapa del inodoro y acarició la piel enjabonada de Orm con parsimonia. Al cabo de unos segundos, hundió la mano en las burbujas aromatizadas de la bañera y le cogió un pecho. Le tomó el pezón entre los dedos y notó cómo se endurecía a pesar de lo caliente que estaba el agua. Cuando le dio un ligero pellizco, Orm tembló y susurró con la voz entrecortada.
"¿Has tenido un buen día?"
"El mejor". repuso Ling mientras le acariciaba el otro pecho y el abdomen. "No he dejado de pensar en ti en toda la tarde".
"Conozco la sensación". susurró Orm.
Notó que Ling le rozaba el ombligo con la yema de los dedos. "He pasado por casa para coger lo necesario y dejé a Uni y Hamlet con Zeng esta noche. También he traído comida china".
Realmente Ling no podría ser más perfecta ni que se lo propusiera.
"Ya sabía yo que me había quedado contigo por algo". murmuró Orm completamente embobada. "¿Pollo con anacardos?"
"Por supuesto. Sé lo que te gusta, nena, y siempre intento darte lo que quieres".
Ling siguió bajando y bajando, hasta acariciar el sexo mojado y jabonoso de Orm.
"Se te está mojando la camisa". le dijo Orm.
Ling se miró la manga, que estaba completamente sumergida en el agua.
"Eso parece".Orm parpadeó, sorprendida por el tono desinteresado de su amante. No hacía tanto que Ling se habría disgustado mucho por algo así.
"Te amo". le dijo, tratando de poner en su voz todo el sentimiento que la embargaba por detalles como aquel. "Muchísimo".
Algo cambió en la expresión de Ling y su rostro se tocó de profunda felicidad. Curvó los labios en una sonrisa.
"Yo también te amo".
"¿Quieres cenar?"
Ling asintió, pero cuando Orm fue a quitar el tapón de la bañera, Ling le puso la mano en el pecho para detenerla.
"Espera".
"¿Qué?"
"Tenía la esperanza de que hicieras realidad una de mis fantasías".
Orm soltó una carcajada.
"¡Oh, suena divertido, mi vida!"
La emoción que destilaba la mirada de Ling la maravilló, era mucho más compleja que el simple deseo sexual. El corazón se le aceleró, porque se dio cuenta de que estaba a punto de pasar algo importante. Ling lo tenía escrito en la cara: la esperanza, el temor y los nervios.
"¿Cuál es tu fantasía?"
Ling se metió la mano en el bolsillo.
"Quería esperar hasta después, pero..."
Orm se sentó erguida en la bañera y se quedó sin respiración cuando Ling sacó una cajita negra. Esta carraspeó y abrió el estuche.
"Quiero darte esto".
Orm no pudo apartar la vista del rubí rojo oscuro engarzado en una banda de oro blanco. Era precioso. Perfecto.
"Ling..."
Apenas podía articular palabra. Si Ling estaba a punto de hacer lo que creía, Orm no podría evitar el llanto.
"Mi fantasía es despertarme a tu lado cada mañana". Ling sacó el anillo del estuche de terciopelo. "Y acostarme contigo cada noche. Y pasar juntas el resto de nuestras vidas. Esto es lo que más deseo en el mundo". le puso el anillo en el anular. "¿Lo harías realidad para mí?... ¿Quieres casarte conmigo, Orm?"
Orm la miró a los ojos.
"¡Sí!" respondió sin titubear.
No tenía nada que pensar. Llevaba meses deseándolo. Los ojos se le llenaron de lágrimas de alegría.
"Sí. Sí, sí Ling".
Ling temblaba al estrechar a Orm entre sus brazos.
"¿Te gusta el anillo?"
"Casi tanto como me gustas tú". le susurró Orm al oído. "O sea, mucho".
Sabía que le estaba mojando la camisa todavía más, entre el jabón y las lágrimas, pero le daba igual. Ling la abrazó más fuerte.
"Bien. Mi fantasía se ha hecho realidad".
Orm le puso la mano en la parte baja de la espalda y le devolvió el abrazo. No quería soltarla nunca.
"Ha sido una fantasía muy fácil de hacer realidad".
"No soy muy difícil de complacer". le dijo Ling con ternura.
Orm contempló el primer anillo de oro que había llevado solo por amor. Fue como si todo encajara en su vida por primera vez y se sintió completa como nunca lo había estado antes. Miró a Ling.
"¿Alguna otra fantasía con la que pueda ayudarte esta noche?" Con una sonrisa traviesa, añadió: "No me parece justo que esta cuente como tuya, ya que también lo era mía".
La expresión de Ling se volvió ardiente, y el momento que acababan de compartir se tornó aún más intenso.
"Bueno... está el detallito de la reina guerrera y su esclava sexual..."
Orm sintió que se le humedecía la entrepierna, y esta vez no tuvo nada que ver con el agua de la bañera.
"Eso, mi reina, se puede arreglar".
FIN.
___________________________________________
Que nostalgia terminar esta linda, sexy y apasionada historia. Creo que mi favorita entre las que he adaptado. 🥺
Gracias a todxs lxs que la leyeron, votaron y comentaron. ❤️
Ah, y dentro de poco otra nueva adaptación. Aunque ya tengo una en mente, me gustaría saber sus opiniones. ¿Qué tipo de historia les gustaría leer? Déjenme saber en los comentarios.
Nos vemos 👋

ESTÁS LEYENDO
13 Horas (LingOrm)
Любовные романы¿Cuánto tardamos realmente en enamorarnos? Es su cumpleaños, pero la solitaria Ling Kwong es una adicta al trabajo y se ha quedado a redactar una propuesta en la oficina hasta tarde. La interrumpe la última cosa que habría imaginado: los pechos más...