Todos me miran esperando que hable en algún momento, tengo nervios, demasiados, no se como me deje convencer de que hiciera esto.
Estamos todos sentados en el patio trasero de la casa de Natalia y Enrique, en varias mantas y cojines que colocamos en el piso, también hay bastante comida, frutas y emparedados.
Siento mis manos sudar por la presión de las miradas de la gente, veo a Jessica, que me frunce el ceño, se levanta dejando solo a Gabriel y se acerca a mi lado, me toma de la mano y me lleva con ella, me arrastra hasta la cocina.
- Cristina, se que es mucha presión, y que te estoy pidiendo algo mas de lo que tu misma quieres - Habla ella con el ceño fruncido.
- No es fácil, Jessica, no sabes como me duele recordar mi pasado.
- Lo se, a mi también me duele, pero no por eso le es indiferente a las personas, te seguirán queriendo.
- No es que no me quieran, es que después me trataran como si fuera una muñeca de cristal - Le digo con lagrimas dispuesta a salir de mis ojos.
Alguien irrumpe en la cocina, Matteo, entra con la camisa de botones abierta, mira a Jessica y le pide que se valla, ella se va sin decir mas nada y con una sonrisa en los labios.
- Amor, puedo saber por que estas nerviosa - Habla con voz gruesa, y nomas con la primera palabra ya estoy sonrojada.
- Es que, tengo nervios de que después, que les cuente mi pasado, me vean como una muñeca de cristal - Respondo con un puchero.
- No pienses en eso, Sol y Andrea están que vienen hasta acá para saber que tienes, ellas esperaron tres años para que les contaras, ahora que estas lista no puedes dejar pasar la oportunidad. Y los chicos mucho menos, ellos te quieren mas de lo que ellos mismos admitirán pero lo hacen.
Sus palabras me llenan de ánimos y tiene mucha razón en lo que dijo, salgo con el detrás de mi, siguiendo mis pasos, me ubico en donde estaba hace unos minutos y empiezo a hablar.
A medida que cuento cada cosa que pase, de lo que llegue a intentar contra mi vida, de todo lo que sentí después de la muerte de mi madre. Veo a Sol intentando calmar las lagrimas, recostada del hombro de Matías.
Andrea solo mira el piso, los demás se quedan quietos mirando a la nada, todos metidos en sus pensamientos, Natalia llora abrazada a su esposo, aunque se que ellos ya lo saben.
Cuando me intento parar para ir a otro lugar, por que su silencio me empieza a incomodar, siento todo el peso de alguien contra mi cuerpo, veo una melena rubia. Sol me estrecha mas contra si, mientras llora en mi hombro. Hago lo mismo, lloro en el hombro de mi mejor amiga, ella me dice cosas al oído.
Me dice cuanto me quiere, que soy fuerte y que siempre, siempre estará para cuando yo la necesite, Andrea no tardo tanto en aparecer, quitando a Sol para ella poder abrazarme de la misma manera.
Los chicos también me abrazan pero por menos tiempo, Carolina me miro y me sonrió con lagrimas en los ojos, me abrazo pero me dijo algo que hizo que llorara mas.
- Eres una mujer muy, pero muy fuerte. Te admiro como no te imaginas, siento lo que te paso, pero recuerda que siempre estaré para cuando me necesites. Recuerda que nada ni nadie te podrá derrumbar - Fueron las palabras de ella.
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- ¡Ese vestido me encanta! - Exclamo Sol, dirigiéndose a la tienda donde observo un vestido verde esmeralda.
Las chicas decidieron hacer una tarde de chicas, para distraer la mente de todos nuestros problemas. Después de confesarle lo que pase, nadie cambio su trato hacia mi.
Entramos a la tienda y nos probamos unos vestido, que claramente compramos. Estamos en el centro comercial, ya hemos recorrido por lo menos unas siete tiendas y llevamos varias bolsas cada una en la mano.
Seguimos caminando, cuando un mensaje me llega, siento la mirada de alguien quemando en mi piel, haciendo que me frene de golpe y mire a los lados, pero no logro ver nada. Leo el mensaje que me llego y son los anónimos.
- Muñequita, esa ropa se te ve fenomenal, no espero a verte mas de cerca y poder terminar lo que ya empecé - Dice el mensaje que ignoro de una vez al ver que Caro se acerca a mi.
Los mensajes anónimos no han parado, cada vez son mas, salgo a la calle y siento una mirada puesta en mi. No le he dicho nada a Matteo, ni a nadie, no quiero preocuparlos con algo que puede ser una mala pasada.
Le he pedido a los guardas que siempre me acompañan que estén mas cerca de mi cuando por las calles para sentirme algo mas segura, también he recibido cartas y regalos que he tirado a la basura.
Con las chicas entramos a un salón de belleza, nos sentaron a cada una y empezaron con su trabajo.
Luego de unas horas salimos de ese lugar con estilos nuevos, por un lado Carolina se hizo unas mechas negras, y se lo corto un poco. Andrea solo se lo corto y aliso, Sol se lo corto un poco de las puntas y se hizo unos reflejos de color blanco, Jessica sorprendió a todas al salir con el pelo totalmente lacio, dejando atrás sus rizos. Yo por otro lado, me pinte unos mechones de color miel, me hicieron unos rizos.
Fuimos todas a la casa de Carolina donde vimos una película, los chicos llegaron con Pizza y helados, se sentaron con nosotras, cada uno sorprendido de los cambios en nuestro pelo.
Matteo, me da un beso en los labios, muy suave, me acuesta sobre su pecho y de ese modo, pasamos el resto del día antes de cada uno volver a su respectiva casa.

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BALLERINA
Teen Fiction¿Comprarías al amor de tu vida? El amor es algo que no tiene precio, pero para algunas puede que sí. El amor que Matteo y Cristina puede que tenga precio, ya sea el dinero o la vida. Pero tengo una pregunta para ti lector: ¿Te enamorarías de una "C...