45- De regreso a casa

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El sentimiento de seguridad, felicidad que siento al estar rodeada de las personas que quiero, hace cuatro meses que hicimos el mismo viaje pero con otro motivo.

Miro a mis amigas, y pienso que la decisión que tome fue por un bien, a ellas le hizo bien.  Veo a Jessica reír abiertamente en las piernas de Gabriel, ok entiendo que esa relación nadie se lo espero, pero son el uno para el otro en todos los aspectos.

Sol, como su nombre lo dice brilla cada día mas, sus rizos bailan con el viento mientras nos sentamos en el avión, esperando que por fin despeguemos, mueve sus caderas al ritmo de la música, y de vez en cuando le da sonrisas coquetas a Matías.

Andrea, sin palabras, esa chica cariñosa con su pareja, una gran modelo, y que consiguió su lugar en el mundo, ella y David hablan animadamente y se que fue una, que la vida le espera cosas nuevas.

Mi pareja favorita, mi mejor amigo, Santiago y Thomas. Me encanta verlo juntos, ellos dos son dos gotas de agua que merecen estar juntos, Thomas es carismático, risueño y muy alegre, por otro lado Santiago, es mas callado pero siempre le saca una sonrisa a las personas que las necesitan.

Carolina no deja de tomar fotos cada dos minutos, aprovecha cada instante  y al parecer sus modelos favoritos son Jessica y Gabriel. Ella es el ejemplo de que no se necesita una pareja para ser feliz, aunque, se que tiene a alguien que no le ha dicho a los chicos quien es.

Matteo va a mi lado, habla con sus amigos pero sin soltarme la mano, veo su cabello rojo iluminado por los rayos del sol que entran por la ventana, noto algo en su cuello que no estaba antes.

Me estiro para agarrarlo y descubro una cadena con mi nombre, y el corazón se me oprime, el nota mi curiosidad por la cadena que cuelga en su cuello.

- ¿Desde cuando tienes esto? - Le pregunto.

- Desdé hace varios días, para llevarte todos los días conmigo - Responde y me da un beso casto en los labios.

El viaje empieza, y nos vamos entre risas y chiste de cada uno.

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- Tus padres se lucieron con este viaje - Habla Matías viendo los paisajes.

Al parecer estamos en una cabaña, cerca de un inmenso lago, cuando mas nos acercamos a la cabaña puedo notar la cabellera roja y larga de Natalia.

Corre para abrazarme, y me estrecha en sus brazos casi sin dejarme sin oxigeno. 

- Mamá, deja respirar a mi novia, me la vas a ahogar - Habla Matteo desde mi espalda haciendo reír a su padre.

- Querida, no sabes cuanto me preocupe por ti, te extrañe demasiado - Habla dándome besos por toda la cara. 

Enrique también me abraza pero no por el mismo tiempo que su esposa.

- Cristina, te tenemos una sorpresa, alguien quiere verte - Habla Enrique y frunzo el ceño.

Santi se acerca para abrir la de la entrada de la cabaña, mi corazón se frena al ver a una cachorra correr a mis piernas, no una cachorra cualquiera. Mi Cachorra, Lola, esta viva.

Me siento en el piso para poder acariciarla, y darle varios besos.

- ¿Como? - Es lo único que logro articular.

- Jon la logro llevar a tiempo al veterinario y cuando estuvo bien para poder salir no las trajimos para acá - Responde Natalia con una sonrisa.

El resto del día pasa volando, comimos y hablamos en la gran mesa. Natalia y Enrique quedan pasmados al enterarse por fin de lo que Lucero hizo contra ellos, Natalia lloro desconsolada pero no por mucho tiempo, por que su esposo la consoló.

Luego de comer y dormir un rato, cuando me levante ya todos estaban en el lago nadando, y así pasamos el resto de la tarde, en la noche todos sentados en la orilla del lago los chicos encendieron una fogata donde nos sentamos a preparar malvaviscos.

Toda una maravilla que me hizo olvidar por completo lo que pase hace tan solo dos días. Lola juega con Matías mientras corre de acá para allá, se ve sana y feliz y no puedo creer que se halla salvado por fin.

Cuando volvemos a la cabaña entro a la habitación destinada para Matteo y para mi estos días, me miro en el espejo del baño e intento no llorar por los hematomas que quedaron por los golpes que el ser que debía protegerme, cuidarme, y siempre estar para mi, y ser esa figura paterna, me dio.

Me duele el corazón al recordar sus palabras, no se que hubiera sido de mi si Jon, su equipo no llega para poder rescatarme, si ellos no están para mi en ese momento, lo mas seguro que Federico cumplía su promesa, acababa con mi vida.

Matteo entra en la habitación y me mira desde la puerta, y es hasta ahora que una duda crece en mi cabeza.

- ¿Cómo consiguieron mi ubicación tan rápido? No pasaron ni 24 horas desde que esos hombres me secuestraron y ustedes ya estaban ahí para rescatarme - Pregunto mirándolo de frente.

- Bueno... - Veo la duda en su mirada para poder hablar - solo no quiero que te molestes conmigo por lo que valla a decirte - Pide y yo asiento.

Me siento en la orilla de la cama y el se sienta en la otra punta, dándome la espalda totalmente.

- Jessica un día llego a la oficina de mi padre, nos conto que ella siguió los pasos de y rastros de tu padre desde que entro a la cárcel y se dio cuenta que estaba en libertad, buscamos un forma de protegerte, pero ella nos dijo a mi padre y a mi que lo mejor es que tu no te enteraras por que te encerrarías en ti misma, y te alejarías del mundo en si - Sus palabras me confunden cada vez mas - Decidimos hacer un collar, para ponerle un GPS para saber donde estabas si algo te llegaba a pasar, y decidimos hacer el collar que llevas colgando en el cuello, por el te pudimos encontrar antes de las 24 horas. 

Se queda callado esperando que yo diga algo por lo que el me acaba de confesar, me levanto y arranco el collar de mi cuello y se lo tiro a la cara, no le llega a golpear ya que lo agarra antes que le caiga.

- No necesitaba un collar, Matteo. Necesitaba que me dijeran la verdad, no soy una niña, lo hubiera entendido perfectamente. Era fácil decirme que mi padre que es un ser violento estaba libre, no se si me hubiera alejado, pero al único que no lo hubiera hecho era a ti, ni a ellas, no puedo - Le dije al borde de las lagrimas - Hubiera buscado una solución, pero estoy bastante grandecita para que me ocultes cosas, para que crean que soy una muñeca de cristal.

- Lo se, lo se, joder lo se - Dijo mientras se colocaba de pie - Se que no eres de cristal, por que eres una mujer fuerte, que ha pasado por cosas que nadie quiere pasar, se que por mi inmadurez te puse en peligro, pero yo tenia miedo de que te alejaras de mi, no sabes lo aterrador que fue pensar en eso - Hablo tomándome de la cara.

- ¿Quién mas sabia de lo de el collar? - Pregunto para saciar mi curiosidad.

- Solo Jessica, mi padre, y yo. Los demás se enteraron hace un día, Sol peleo con Jessica cuando se entero - Responde sereno.

- ¿Cuánto le pagaste a Susana para que te dejara llevarme contigo? - Su mirada se vuelve confusa por mis palabras.

- ¿Qué tiene que ver eso ahora? - Pregunta devuelta.

- Por que Susana trabajaba para mi padre y su amigo, me vigilaba - Respondo con lagrimas en los ojos.

- Si quieres saberlo, pague dos millones de euros para poder sacarte de ese lugar, y ahora ni nunca me arrepentiré de haberlo hecho - me dice abrazandome.


BALLERINADonde viven las historias. Descúbrelo ahora