Capítulo 15- La delgada línea entre héroe y asesino.

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                                                 If you see me now, you will be proud -
                                                   Pink Skies, Zach Bryan.

Mis costillas dolían impidiéndome respirar con normalidad.

Cada vez que inhalaba aire veía el mismísimo infierno en forma de dolor.

La sangre subía a mi cabeza, estábamos boca abajo.

¿Cómo he podido ser tan imbécil?

Giré mis ojos apenas un segundo.

Un mísero segundo.

Desabroche el inútil cinturón y la gravedad, haciendo uso de su poder, me dejó caer.

-Ostia - gemí con mi cuello doblado.

Puse mi cuerpo a cuatro patas.

-Patri, Patrick, ¿me escucháis?

No veía a mi hermana.

-Patrick, ¿dónde está?

Su apariencia no era grave, boca abajo, como yo, por consecuencia la cara roja como un tomate.

Señaló la puerta abierta.

El mundo que me sostenía se cayó.

Había salido por la ventana.

Salí del coche alterado y cogí su pequeño cuerpo.

-Patri, hola, ¿me oyes?

Pestañeó lentamente.

Nos rodeaban muchas personas.

-¿Alguien puede ayudar a mi hermano a salir del coche? Necesito llevármela al hospital.

Un círculo de cristales rodeaban su abdomen.

-Respira, ¿si? Tú respira.

Rastros de sangre no había.

Por lo menos no se iba a desangrar en mis brazos.

Buena gente se acercó corriendo.

-Hemos llamado a la ambulancia - no conocía a aquella chica y ya le agradecería su gesto eternamente.

-Gracias, de verdad que gracias - la miré de reojo.

Era ella.

Le debía un tazón de plástico.

Esos ojos... no podría no reconocerlos.

-¿Qué haces aquí? - me miró extrañada ante mi pregunta -. Vives en Bari.

Su cara pasó a ser de pánico absoluto.

-¿Cómo lo sabes? - caí en la cuenta de que no se acordaría de mí.

Recuerdo aquel día del dos mil diez.

En un museo, de excursión.

Pero ella no lo recordaría.

-Tienes...- inventa, pensé - cara de ser de allí.

Se marchó tras compartir unas cuantas palabras más.

La ambulancia nos recogió y se llevaron mi coche jodidamente roto.

Lo que había ahorrado para poder comprármelo...

No lo recuperaría de un día para otro.

Cuando vi a Patri en la ambulancia noté como la culpa se comía mis entrañas.

Asesino a bordo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora