Capítulo +18 - Adictivo.

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I belong with you, you belong with me, you're my sweetheart - Ho Hey, The Lumineers.

-¿Vas a contestarme? - dije enfadada.

Me sabía fatal estar hablándole así, no se lo merecía, pero no podía controlarlo.

La cena con Connor había sido un desastre y para colmo salí corriendo para venir. Se le olvidó que llevábamos el aparato en la oreja y escuché todo.

Al principio incluso me reí, podía oír como buscaba mis tacones.

Para que Davies no sospechara no conteste, pero tenía que morderme la lengua cada vez que me apetecía decirle:

"Es tan fácil como abrir mi armario".

Haciéndome paso entre en la habitación y clavé mi dedo incide acusatorio en su hombro.

-He estado, enamorándome de ti - su sonrisa se ensanchó -. Cada día más - yo me lamentaba -, y más, y más, cuando la realidad es que no sé nada sobre ti. No te conozco - bajó la mirada un momento, como si intentara medir mi reacción, luego volvió a mirarme, y allí estaba esa sonrisa, suave, llena de algo que no podía describir del todo.

¿Amor?

¿Responsabilidad?

¿Orgullo?

Crucé mis brazos, intentando así oprimir el torbellino de emociones en mi pecho. Quizá nunca pensé que él llevara una vida tan llena fuera de lo que yo conocía.

-¿Te estás enamorando de mí? - su mirada brillaba.

-¿¡Qué!? No es la cuestión - bajé mis brazos de golpe -. ¿Por qué no me lo dijiste? Algo tan importante, como si fuera...algo sin importancia.

Se quedó en silencio unos breves segundos, esos escudos que suelen usarse de escudo cuando las cosas se complicaban. No iba a funcionar esta vez.

Lo vi tragar saliva, su mirada buscó la mía, u por un segundo pareció que iba a decir algo, aunque no borraría la decepción injustificada que sentía dentro de mí.

Porque en realidad no somos nada, ¿por qué iba a decírmelo?

-No es que no quisiera decírtelo - empezó, con una voz más suave de lo que esperaba.

Solté una risa seca, llena de incredulidad.

-Entonces, ¿qué era? Porque, honestamente, estoy tratando de entenderlo, pero no puedo. No puedo entender cómo pensaste que esto no es algo que debía saber. Que tú tienes una vida, una responsabilidad...un hijo, y no confiaste en mí lo suficiente para decírmelo.

Sentí el calor subir a mis mejillas, una mezcla de rabia y dolor me atravesaba entera. Él se acercó, sus ojos suplicantes, y tan solo necesite un momento para saber que quería arreglarlo, no quería estar así con Draven, no podía, también porque podía ver dentro de él, ahí había algo que le costaba decir, pero la herida ya estaba allí, abierta y expuesta.

-Quiero conocerte Draven, - dije al fin, mi voz aún temblaba un poco -. Déjame hacerlo, por favor. Puedes ser honesto conmigo - mi delicada mano se trasladó a su mejilla en un gesto parecido al de una madre -. Es que... no quiero seguir queriéndote sin saber quién eres realmente, sin que confíes en mí, tendré que obligarme a alejarme porque si no, nada me hará dejar de...

-Dilo.

Vi el conflicto en sus ojos cuando respiró hondo, la verdad que seguramente llevaba años o una vida escondiendo, finalmente podría salir. El daño estaba hecho, necesitaba que ahora fuera Dampsen quien diera el paso.

Asesino a bordo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora