Capítulo 19 - Rituales.

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Y al final, la muerte es un amante fiel que siempre cobra - Fito y Fitipaldis, La casa por el tejado.
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-Corre - después de esta carrera gratuita podría hacer una maratón.

—Nay, detrás tuyo - me saltó para lanzarse encima del encapuchado.

Eramos más pero habíamos ido perdiendo a gente por el camino.

Mi mejilla se incendió con la llegada de un golpe.

Draven, furioso, se adelantó para defenderme.

Los forcejeos eran cada vez peores.

Traté de ayudar pero no distinguía quién era quien.

El disparo me sobresaltó.

-NO - grité.
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-¿Cuánto queda? - la piel de mis manos estaba arrugada y fea a causa del agua.

-Si eran cinco horas pon que... no lo sé, no llevo un reloj pero no debe de quedar nada - se impacientó.

Pobrecito.

Debía estar hasta las narices.

Soy claustrofóbica, me estreso en lugares cerrados.

El agobio que le estoy provocando llegará a niveles estratosféricos.

El walkie talkie sonó.

-¿Me recibís? - cogí la máquina.

-Si Ray, te recibimos.

Hablaba raro, no se le entendía.

-Vocaliza - pidió Draven.

-Es Mar...

-Ray necesitamos que...

-Marina no está - eso sí que lo comprendimos.

Oh mierda.

Me giré hacia Dampsen con un muy mal presentimiento nada más lo escuché.

-¿Has tenido algo que ver?

Dura y directa, sin tapujos.

Me recorrió un escalofrío.

No me contestó.

-Draven, ¿has tenido algo que ver? - esta vez mi voz detonaba enfado.

Agachó la mirada.

-No me lo puedo creer - salí del jacuzzi tapándome con una de las batas que habían colgadas en la puerta.

-Nay...- me siguió.

Intentó cogerme del brazo pero lo aparté rápidamente.

-No me toques - sus manos se posaron en su cara e inspiró con fuerza.

-Eras o tú...

-O ella, si, ya lo sé.

-No la he entregado directamente.

Fingía demencia para no tener que contestarle, como si no le escuchara.

-Joder Nayeli - mi cuerpo se tenso al ver como me llamaba por mi nombre.

Era una sensación extraña.

Dos veces contadas me ha llamado por mi nombre.

-No me lo puedo creer - negaba con la cabeza caminando de un lado al otro.

-Ves porque no te lo dije.

-Si no dices algo, o lo haces a escondidas es porque no deberías hacerlo - argumenté.

Asesino a bordo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora