Capítulo 20 - Corre.

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There's no way out, no place to hide, running from the rising tide - No Escape, Tom Morello.

-Oh mierda - murmuró Draven.

Cogió mi mano y tiró de ella mientras bajábamos de nuevo por las escaleras.

Llegamos al final donde estaba Giovanni en el suelo con Marina encima.

Me tapé la boca con ambas manos, incrédula.

-¿Ha muerto? - iba a negarme a acotarlo si era así.

Dampsen se agachó y junto su oreja a la cara del chico.

Comprobando si respiraba.

-No bonita, hierba mala nunca muere - mi corazón latió feliz -. Que dolor joder.

Le tendimos la mano para que ayudarle a levantarse.

-¿Dónde te ha disparado?

Con la oscuridad era imposible visualizar algo, sangre o la herida. No se veía nada.

-Mejor prevenir que curar - dijo dándose un par de golpecitos en el pecho.

-Eres un capullo - insultó Draven -. Ese es mi chaleco antibalas.

Lo reconocí, estaba decorado con pegatina de coches.

Supuse que la decoración fue trabajo de Marcos, aguanté la risa.

-Deberíamos irnos - propuse al escuchar unos pasos que bajaban a gran velocidad.

-Nay coge a Marina y busca otra salida, nosotros te cubriremos.

Dicho y hecho.

Le enganche a mi cinturón con un arnés improvisado para no perderla (por si acaso) y la cogí por debajo de los hombros. Maldije ante la evidencia de lo mucho que iba a dolerme la espalda después.

Caminábamos de espaldas.

Los chicos amenazaban con las pistolas.

-Parar, parar - pedí -. ¿Escucháis algo?

Estábamos sumidos en un inmenso silencio, tenebroso e inquietante.

Las señales de alerta se dispararon.

-Draven, ¿qué tenemos encima de nosotros?

Su semblante cambió, pensaba en la respuesta.

-Las reservas de agua - giraba sobre si mismo -. Aunque puede que ya las hayamos pasado.

Nos sobresaltó escuchar el sonido de las puertas metálicas cerrándose.

-Acaban de acorralarnos.

-Súper divertido - lamenté.

-Me da mucha curiosidad pensar en que será lo siguiente, primero fuego, luego agua, a lo mejor lo próximo es enterraros con vida.

Tanto Draven como yo nos giramos hacia él.

-¡Son los elementos de la naturaleza! - se excusó.

Notaba la ansiedad cerrándome la garganta.

Iba a decir algo cuando se iluminó la sala.

-La madre que nos parió.

-Que a gusto se quedó - terminé la frase.

La sala era muchísimo más grande de lo que parecía. Había mesas llenas de armas, químicos entre utensilios cuya utilidad prefería no saber.

No fue eso lo que más me impactó.

Fue el cartel.

Una lona de tela con un texto rojo escrito con lo que yo quería pensar que era pintura. De las letras goteaba el exceso de sustancia.

Asesino a bordo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora