Capítulo 6- Mejor prevenir que curar.

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Ay mi madre.

Ay.

Mi.

Madre.

Estaba encima de un saco de músculos.

Draven sujetaba un libro.

Y llevaba gafas.

Como si no fuera guapo de por sí.

Llevaba gafas.

Le quedaban jodidamente bien.

Que atractivo que era.

Mi mano descansaba en su hombro y mi cabeza en su cuello, mis piernas entrelazadas con las suyas estaban tan bonitas...

Faltaba el último detalle, la mano que no sujetaba el libro yacía en mi espalda haciéndome cosquillas.

Para rematar, esta noche no había tenido pesadillas.

Son una constante cuando duermo y esta vez no había sido así.

A la de tres me levanto sorprendida, me quito a una velocidad sorprendente y de paso ya le insulto con cariño de buena mañana.

Uno...

Dos...

Tres...

-¿Qué coño? - me levanté rápido clavándole la rodilla en un punto sensible.

-Nayeli joder - sus manos se posaron ahí.

En la...

-Ala, Nay le ha pisado los huevos a Draven - escuché que decía Ana.

-La anaconda - siguió Bea.

-El pillín - continuaban mientras el dueño del aparato afectado se retorcía del dolor.

-La salchicha.

-Olvídate de tener hijos zanahoria, me acabas de dejar estéril.

Me llevé las manos a mi boca, avergonzada.

-Lo siento, lo siento mucho.

Hizo un gesto con la mano que interprete como un: no pasa nada, solo me has estropeado la máquina reproductora.

A todo esto yo seguía sobre él.

Ahora la posición era más comprometedora, estaba a ahorcajadas sobre sus piernas.

Momento perfecto para que entrara Ray.

-Buenos...- se tapo los ojos como un niño -, ¿las orgías son necesarias a las diez de la mañana?

Me puse de pie.

-Esto no es...

-No necesito explicaciones. ¿Por qué Draven está más pálido de lo habitual?

El aludido se aclaró la garganta.

-Sabéis, creo que me he olvidado algo en el cuarto así que os espero ya allí.

Pellizqué el puente de mi nariz con los dedos implorando paciencia.

Me giré hacia Draven y le di un golpe en el hombro.

-¿Por qué no me despertarte? O no sé, al menos me apartaste.

-Parecías estar tan a gusto que no quise despertarte.

-¿Las cosquillas?

-Estabas inquieta y bueno, te relajaban.

-Idiota. Vámonos a desayunar, me muero de hambre.

Asesino a bordo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora