¿Cuál era ese sentimiento? No estoy seguro, paulatinamente dejé de hacerme esa pregunta. Supongo que ya no le di la importancia necesaria, o la respuesta parecía tan obvia como para siquiera detenerme a reparar en ella.
Lo único que aún prevalece en mi memoria es la certeza de que todo mi interior se paralizó en cuanto escuché aquellas dos palabras. Las cuales emergieron desde lo más profundo de Emily Graham, la mejor estudiante del Colegio Artz, la compañera de trabajo que se me fue impuesta para realizar una ridícula actividad entre nuestros dos institutos, y la chica que me imploró que la acompañara a la azotea de los laboratorios recién inaugurados.
-¡Me gustas! – su voz fue arrastrada por la brisa crepuscular, llevada hacia horizontes lejanos, preservada en el tiempo, resguardada en un rincón del universo, inmortalizada como un tesoro de la realidad y el infinito. O al menos ese fue el significado que le di con el pasar del tiempo, porque en ese preciso instante... mi razonamiento no concibió la menor respuesta. No solo por parte de mi boca, sino de todo mi ser.
El mundo siguió girando, los segundos fueron disparados hacia adelante, pero por más, no dije nada. Un hecho del que no solo me percaté yo, sino también mi interlocutora, que, desde el momento en el que dio su declaración, decidió mantener la mirada fija en el suelo. Para ocultar su ruborizado rostro, o simplemente para no presenciar mi reacción inicial.
Sin embargo, por más que lo deseara no podíamos permanecer inertes, simplemente ella no podría esperar una respuesta de mi parte por mucho más tiempo. Pero para mí la eternidad no era suficiente, estoy seguro de que ahí fue la primera vez que me realicé esa pregunta: "¿Cuál era ese sentimiento?".
Un sentimiento que buscaba desesperadamente en las profundidades de mi mente, hurgaba en lo más recóndito de mis pensamientos. Hasta hacía una semana había sido completamente invisible para el mundo que me rodeaba, tan insignificante e irrelevante como para que mi sola existencia fuera del desconocimiento de todos.
Lo único que creía tener a mi favor era mi excelencia académica, y hasta esa había jugado en mi contra desde el minuto uno. Ganándome problemas con los profesores, con Reeve, con el director, y en su momento con la mismísima Emily. Entonces... ¿Por qué yo? ¿Por qué alguien como ella se fijaría de esa forma en mí? Nuestros mundos, nuestras realidades, nuestras vidas eran completamente contrarias.
El viento a nuestro alrededor, envolviéndonos en una coraza fría y errática, era el único sonido presente, o al único que me quería aferrar. Pues de lo contrario tendría que escuchar los atronadores martillazos de mis latidos.
Graham finalmente decidió levantar la mirada, por instinto, curiosidad, o para exigir lo que por derecho le pertenecía, mi respuesta. Lamentablemente solo le tomó un instante percatarse de cuál era la realidad, lo supe en cuanto vi el semblante dibujado en su rostro, uno lleno de una profunda decepción. No, no solo se trataba de eso, era algo más, como si hubiera sabido de ante mano cual iba a ser el resultado de externarme sus sentimientos, la absoluta resignación.
-Muy bien, si así serán las cosas. – su voz era apenas un susurro, y aun así lo recibí como mil alarmas sonando en mis oídos. Ese fue el impulso que necesitaba para despertar de mi trance, de repente mi cuerpo se reactivó por completo. El problema yacía en que seguía sin tener una respuesta, al menos no una que sirviera para arreglar la situación.
-Emily, yo... - arranqué esas dos palabras de mi boca, todavía sin saber que seguiría después. Ella en cambio dio un paso hacia atrás, en un intento de alejarse de mí. Al ver esto pude sentir como mi corazón era fuertemente estrujado. Nunca quise que las cosas terminaran así, nunca quise lastimarla, en tan solo un par de minutos todo cuanto había construido a lo largo de esa semana se fue desmoronando estrepitosamente.
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Fanny. Una clase de magia
RomanceAdam tenía una vida aburrida, sin ninguna motivación que lo guiara, pero todo cambió cuando conoció a Fanny. La misteriosa chica que le enseñará que la vida puede estar llena de misterios y emocionantes aventuras, todo al alcance de una promesa.