Capitulo 16. Un castigo inmerecido

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-Gracias- respondió Fanny sin siquiera voltear a ver a la camarera en cuanto le entregó la taza con su té. No se trataba de una falta de modales, en definitiva, la chica pelirroja no tenía la menor intención de ser descortés. La cuestión era que... realmente no quería estar ahí, sentada en una cafetería de la zona comercial, rodeada por nuestro pequeño grupo.

Gus nos convenció de acompañarlo a ese establecimiento en cuanto la clase de baile terminó, en palabras de él: "Sería una manera considerablemente más cómoda de hablar con nosotros". Todo el mundo había accedido a regañadientes, la realidad era que Gina y yo necesitábamos ganar la mayor cantidad de tiempo posible para poder charlar con Green, o de lo contrario terminaría huyendo, justo como lo había intentado tan solo una hora antes.

En cuanto todos estuvimos en nuestro lugar, con nuestras respectivas bebidas, el ambiente era tan tenso como para cortarlo con un cuchillo, y no era precisamente porque alguien hubiera dicho algo desafortunado, al contrario, nadie parecía dignarse a hablar. Lo único que se escuchaba era al sonido del ambiente envolviéndonos poco a poco, casi como un intento para absorbernos, terminaríamos siendo indistinguibles para el resto de clientes.

-De acuerdo, mi estimado Narciso de la edad moderna, revela el misterio ¿Por qué nos hiciste venir aquí? – la primera en arremeter fue Deen, supongo que en una situación normal eso no extrañaría a nadie. Sin embargo, para mí había dejado de ser una situación normal desde el momento en que conocí la personalidad oculta tras esa actuación, actuación que ahora se me antojaba exagerada y ridícula. "Ese es el maldito punto", pensé para mis adentros, con ese razonamiento dejaría zanjado el tema hasta nuevo aviso – No se tratará de otro de tus planes para conseguir que alguien te de la golpiza de tu vida ¿Verdad? – en cuanto soltó esta pregunta su expresión de transformó rápidamente en una de fingido terror, el ademán de llevarse la mano a la boca le daba puntos extra – ¡No me digas que eres masoquista! Está bien, puedo aceptarlo, solo dame tiempo para ponerme en forma, si he de usar a Adam como saco de boxeo así será. – lo preocupante de esa declaración es que la línea que separaba la broma de la realidad era prácticamente inexistente.

-No, no tengo esa clase de inclinaciones... que yo sepa – el humor de Reeve, o al menos lo que él consideraba como humor, no sentaba bien en ese momento, sobre todo teniendo en cuenta lo condenadamente similares que eran las dos situaciones en las que nos habíamos reunido a platicar en una cafetería. Nadie quería recordar eso, creíamos que el chico de tez bronceada tampoco, tal vez Gina tenía razón, tal vez y mi mejor amigo tenía fetiches particulares.

Sin darme cuenta terminé dirigiendo la mirada hacia Fanny, simplemente no cabía en mi entendimiento como su actitud se había deteriorado en tan solo un día. Tenía la mirada clavada en el suelo, con el tiempo terminé aprendiendo a identificar cuando la joven de ojos azules la estaba pasando fatal, pues era ese gesto característico el que siempre ganaba protagonismo.

Por mi parte había tenido que reprimir todo sentimiento negativo al que estuve aferrado desde que desperté para poder darle prioridad a aquello que estuviera atormentándola. Tal vez la impotencia de no tener el control de la situación era mi principal conflicto, cuando yo era el responsable de la melancolía de Green al menos tenía clara una solución, pues el culpable estaba a la vista de todos, pero ahora... nadie más podía ayudarla en la lucha interna, y mucho menos si ella misma se negaba a dejarnos entrar a su mundo.

A los pocos instantes la chica pelirroja debió sentir la mirada fija en ella, pues giró la cabeza ligeramente hasta que nuestros ojos se cruzaron. En lugar de entrar en pánico, y aparentar estar sumido en mis propios pensamientos, decidí ser honesto por una vez en mi vida; fue por eso mismo que le dediqué una cálida sonrisa, una con la que intentaba transmitirle todo el apoyo que tenía de mi parte, una que rogaba porque volviera a brillar como antes.

Fanny. Una clase de magiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora