-Bueno... aquí estamos – las palabras de Gina fueron arrastradas por el viento, a la espera de obtener respuesta en otro lado, pues ninguno de nosotros la tenía. Estoy completamente seguro que nadie pudo concentrarse durante las primeras horas del día, nuestra mente seguramente se hallaba a millones de años luz, y ahí se quedaría hasta nuevo aviso.
No podía creer el nivel de nerviosismo que podía provocar el último de los ensayos, se esperaría una reacción así durante la competencia. Pero no, la ansiedad se había apoderado de nosotros, pues esta era la última oportunidad que teníamos para equivocarnos, a partir de aquí el terreno iría cuesta abajo, dependería enteramente de cada uno si llegaba a salvo hasta el fondo.
Nos encontrábamos en la entrada de la escuela, no podía pensar en la infinidad de ocasiones en la que esta escena se repitió. Solo que ahora no iniciaríamos el recorrido hacia la clase de June, no habría charlas insulsas, ni más momentos en los que nos sintiéramos como un grupo de amigos.
Tal vez ese era el verdadero motivo de que nuestros ánimos se encontraran por los suelos, estábamos ante la preliminar, no solo de la competencia de baile, sino también de nuestra amistad. Y lo sabíamos, todos sabíamos perfectamente a que nos estábamos enfrentando. Fue por eso mismo que decidimos hacer un último esfuerzo, el último empujón para sobrellevar de la mejor manera un suceso de ese calibre.
Los cuatro observábamos hacia la nada, tal y como ocurrió la tarde en la que salvamos a Emily de las perversas garras de Liam. Pero ahora no había razones para celebrar, los reyes y reinas del mundo se hallaban ante la fatídica caída de su reino, rezando porque entre los escombros quedara un resquicio de lo que alguna vez fue la felicidad de estar juntos.
-¿Nos vamos? – preguntó Fanny haciendo un enorme esfuerzo por aparentar normalidad, una misión que terminó fallando, pues la luz que normalmente solía emanar de su ser se hallaba apagada. Yo solo podía observarla desde una posición impotente, sabía mejor que nadie que Green era la más afectada del grupo. Fui testigo del inicio de este melancólico derrumbe, viví de primera mano cómo nuestro día libre llegó a su fin con una nota baja.
-Andando – le regresé el intento de sonrisa, a la espera de que la recibiera como apoyo. Nos estábamos solos en esto, ese no era el problema, nuestra preocupación radicaba en que, muy posiblemente, terminaríamos estándolo más pronto de lo que creíamos.
-¡Como me hubiera gustado ensayar con nuestros atuendos puestos! ¿Qué tal si mañana termino rasgando mi vestido por los nervios? ¿Y si alguien ve mi ropa interior? ¡Decidido! ¡Mañana no me pondré bragas! – sabía perfectamente cual era la intención de Deen al decir esa sarta de ridiculeces, aminorar la tensión... no funcionó.
-¿Y arriesgarme a que nos convirtamos en el hazmerreír del concurso frente a todo el mundo? Ni hablar, espero que te comportes como una persona normal, al menos por una vez en tu vida ¿Crees que puedas al menos hacer eso? – nadie esperaba tal cantidad de palabras hirientes por parte de August, ni siquiera la princesa de oro, quien decidió guardar silencio al instante.
El ambiente estaba demasiado viciado, parecido a una espesa capa de neblina frente a nuestros ojos, una que no nos permitía pensar con claridad. En el pasado seguramente tanto Gina como Green habrían puesto en su lugar a Reeve, sin embargo, nadie estaba prestando particularmente atención a los demás.
No tenía la menor pista sobre el errático comportamiento del chico de piel bronceada, la falta de comunicación obstaculizaba mi perspicacia. Aunque no hacía falta ser demasiado inteligente como para percatarse de los problemas que nuestros amigos habían tenido durante el proceso de preparación.
Ninguno de los dos se unió a la competencia por gusto, y estaba seguro que al menos Gus nunca estuvo de acuerdo con la pareja que le fue asignada. Nuestros amigos se vieron envueltos en las trifulcas tanto de Fanny como mías, y lo único que pudieron hacer fue resignarse.
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Fanny. Una clase de magia
RomanceAdam tenía una vida aburrida, sin ninguna motivación que lo guiara, pero todo cambió cuando conoció a Fanny. La misteriosa chica que le enseñará que la vida puede estar llena de misterios y emocionantes aventuras, todo al alcance de una promesa.