JURAMENTO

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En todo el mundo, cada persona es la protagonista de su propia historia; si lo pensamos bien, hay millones de ellas caminando por ahí, naciendo día a día... Pero en una parte del mundo, en un hermoso país llamado Venezuela, yace un niño lleno de magia: su imaginación tiene la fuerza de crear mundos vivos.

Esta es la historia de Alex, un joven al que el amor, tan grande y esperanzador, acompañaría siempre. Su mamá lo trajo a la vida con muchísimo amor, uno de dicha que lo acompañaría siempre.

Alex tiene la peculiaridad de abrir puertas que llevan a toda clase de reinos: llenos de dulces delicias para llenarte la barriga, algunos con superhéroes que combaten al mal y otros con dinosaurios hambrientos que te persiguen para comerte... todos los días abre una puerta nueva que lo lleva a disfrutar de aventuras gigantes y agitadas como la más temible, vertiginosa y divertida de las montañas rusas.

Sus aventuras pueden transcurrir entre la imaginación y el plano de la realidad, una dimensión que solo sus verdes ojos pueden captar. Hasta el más simple de los objetos, como un jarrón, puede ser transformado en un misterioso acertijo.

Ésas eran las líneas que yo utilizaba, la misma introducción que pronunciaba al hablar de mi hijo. Me sentí orgulloso desde el día en que mi prometida anunció las palabras: «Estoy embarazada».

Hoy entierro a esa mujer, que bajo su propia mano decidió poner fin al hueco que dejaron los secuestradores. Ahora temo olvidarme de su olor, de esa playera que usaba en las prácticas de fútbol.

El mundo es una cuna de lobos, pero incluso los lobos tienen depredadores. Por cada día que yo pase sin que aparezca mi hijo, entraré en sus cuevas y cortaré la garganta de los cachorros...

—¡Oh, por Dios! ¿Qué es lo que hará? —preguntó el hombre amarrado en su silla, luchando por zafarse.

—Shhh, te prometo que el tiempo no lo hará más fácil.

Estigmas de TintaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora