Estigmas de Tinta

LA CONSULTA

La joven psicóloga, Elena, se preparaba para recibir a su próximo paciente. Era una tarde lluviosa y oscura, el escenario perfecto para sumergirse en los misterios de la mente. Sin embargo, lo que no sabía era que esa sesión sería el inicio de su peor pesadilla.

La puerta se abrió lentamente y un hombre de aspecto nervioso ingresó a la sala de espera. Era su paciente, David, un sujeto de treinta años que había acudido a ella en busca de ayuda emocional. Desde el primer momento, Elena sintió que algo no estaba bien. Un escalofrío recorrió su espalda mientras observaba los ojos vacíos de David, aparentemente perdidos en algún lugar del pasado.

Durante la sesión, David compartió detalles inquietantes sobre su vida. Habló de la constante sensación de ser perseguido, de una sombra que lo acechaba en los rincones más oscuros de su mente. No solo eso, también mencionó a su exnovia, quien había desaparecido misteriosamente hace algunos meses.

A medida que la sesión avanzaba, Elena comenzó a notar señales extrañas. Cada vez que el nombre de la exnovia era mencionado, una brisa fría invadía la habitación, como si una puerta se abriera en lo más profundo de su conciencia. Además, en su camino de vuelta a casa, la joven psicóloga notaba una presencia sigilosa siguiéndola, siempre a una distancia prudente.

La tensión aumentaba conforme las sesiones continuaban. David parecía cada vez más perturbado, sus ojos mostraban una mezcla de temor y locura. Mientras tanto, Elena se atrevió a investigar sobre la desaparición de la exnovia. Todos los indicios apuntaban a un trágico incidente, pero su intuición le decía que había algo más oscuro en juego.

Una noche, al salir de su consultorio, Elena divisó una figura familiar parada en la oscuridad de la calle. Era su exnovio, aquel al que tanto temía David. La sombra del pasado se hacía presente y la joven psicóloga se encontraba cara a cara con su ex, cuyos ojos reflejaban una ira descontrolada.

El destino había entrelazado sus caminos y ahora Elena debía enfrentar las consecuencias de lidiar con los demonios de su paciente. La sombra de su pasado parecía haberse convertido en una amenaza real y tangible, lista para desencadenar el horror en su vida.

A medida que la sombra se acercaba, Elena invocó toda su valentía y conocimientos para enfrentarla. Debía utilizar su destreza psicológica para desenmarañar los hilos que la unían a David y liberarse de la pesadilla que amenazaba con devorar su existencia. La nueva vida que estaba construyendo.

El terror y la intriga se entrelazaron en aquel pequeño consultorio, convirtiéndolo en un campo de batalla entre la razón y la oscuridad. La joven psicóloga estaba dispuesta a luchar hasta el último aliento para salir victoriosa.

¿Podría Elena liberarse de la sombra de su pasado y salvar tanto su vida como la de su paciente? O, en ese oscuro enfrentamiento, ¿se perdería para siempre en un abismo de terror psicológico? La respuesta estaba a punto de revelarse en una batalla emocional que desafiaría los límites de la cordura.