LEYENDA URBANA

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Ahora es una iglesia abandonada, la cual está rodeada de misterios que provocan escalofríos en los habitantes del pueblo.

Cuenta la leyenda que el último sacerdote que había habitado allí había sido víctima de una maldición. Se dice que durante una noche sin luna, el sacerdote había sido arrastrado hacia el sótano de la iglesia por una fuerza invisible y desde entonces, nadie había vuelto a verlo.

Los rumores aseguran que el espíritu del sacerdote maldito aún vaga por la iglesia en busca de alguien a quien arrastrar con él hacia la oscuridad.

Un curioso sujeto decidió ignorar las advertencias. Con una linterna en una mano y un crucifijo en la otra, entró en la iglesia abandonada. A medida que exploraba el lugar, notas desgastadas y sucias cayeron a sus pies. Parecían escritas por el antiguo sacerdote, quien advertía sobre la maldición y la necesidad de encontrar una solución antes de que fuera demasiado tarde.

Escuchó un perturbador murmullo proveniente del sótano. Con cautela, descendió las escaleras, adentrándose cada vez más en la oscuridad. Para él, siempre existía una explicación lógica.

En el fondo del sótano, Andrés encontró una habitación secreta. Llena de polvo y telarañas. En el centro de la sala, había un antiguo altar con una figura tallada que representaba a Cristo sacándose el corazón.

Andrés comenzó a tomar fotos. Mientras lo hacía, la figura parecía cobrar vida y emitir un aullido desgarrador. El suelo tembló y una fuerza sobrenatural se hizo presente en la habitación.

De repente, una puerta secreta se abrió detrás del altar. Ante los ojos de Andrés, algo para lo que no tenía palabras. Fue arrastrado hacia ella. Nunca se volvió a saber de él, ni lo que vio... Pero, si quieres, entra y prueba suerte.

Estigmas de TintaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora