LA CASA DE LOS SUSURROS

1 1 0
                                    

En el corazón de un bosque desolado, se erigía una vieja y decrépita mansión. Su silueta oscura y amenazadora infundía escalofríos a cualquiera que osara mirarla. La leyenda local aseguraba que la casa estaba maldita, habitada por espíritus vengativos, y que quien cruzara su umbral nunca más sería visto.

Impulsados por la curiosidad, un grupo de valientes amigos decidió poner a prueba la veracidad de este mito. Con el corazón acelerado, se adentraron en el bosque, la espesa niebla envolviéndolos en un manto de misterio. Al acercarse a la mansión, la sensación de temor se intensificó. La puerta crujió siniestramente al abrirse, invitándolos a entrar en un mundo desconocido.

Al cruzar el umbral, una gélida corriente de aire los envolvió y un silencio sepulcral los recibió. Los susurros, apenas audibles al principio, se volvieron cada vez más claros, cargados de una malicia que erizaba la piel. Las sombras danzaban en las paredes, cobrando vida propia, y los objetos se movían sin razón aparente. La sensación de ser observados era abrumadora.

A medida que se adentraban en la casa, los susurros se transformaron en gritos de agonía, revelando las almas atormentadas que la habitaban. Eran los espíritus de aquellos que habían sucumbido a la maldición de la mansión, condenados a vagar eternamente por sus oscuros corredores.

Uno por uno, los amigos fueron consumidos por el terror, sus almas atrapadas en las garras de la oscuridad. Solo uno logró escapar, marcado por la experiencia, su mente atormentada por los horrores que había presenciado.

Estigmas de TintaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora