Capítulo quince

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MOM'S MYSTERIOUS BOYFRIEND 1958

Me quedé de pie ante la puerta de la habitación de mi madre, cruzando los brazos y recargándome sobre el marco, mientras la observaba. Ella estaba de espaldas a mi, podía ver la sensual abertura de su vestido rojo y sus tacones negros a juego, ella podía verme a través del reflejo del espejo frente al que estaba parada, maquillándose, o como ella decía: dándose un toque de glamour. Los mechones rubios de su cabello caían por sus hombros y las puntas rozaban apenas la piel de su espalda.

Entonces giró a verme, con sus labios pintados con un labial rojo intenso y sus ojos sombreados de color negro, pestañeo dos veces y sonrió.

—Cariño—dijo, con una sonrisa que me causaba náuseas—saldré a cenar con mi novio.

—Ya lo sé, te has arreglado—contesté, encogiéndome de hombros y recorrí su vestido con curiosidad. Era bonito.

—No me esperes despierta, ¿de acuerdo?

—¿A dónde irás?—dije, observándola confundida y con los brazos cruzados. Ella me miró a los ojos como si fuera una estúpida.

—Me quedaré a dormir con él—dijo, mirándome con los ojos entrecerrados—. Te quedarás sola, asegúrate de no incendiar la casa al menos hasta el amanecer, ¿de acuerdo, Lily?

—No prometo nada—contesté, con un ligero toque de sarcasmo y la vi reír suavemente.

Entonces ella se acercó a mi con una amplia sonrisa, besó mi mejilla izquierda y me dio un apretón en la derecha.

—Nos vemos mañana, cariño—susurró, con una sonrisa de emoción y salió de la habitación.

Pero la curiosidad crecía en mi interior, haciéndose más y más fuerte al recorrer mi cuerpo, bajé las escaleras tras ella y la seguí hasta el primer piso.

—Mamá, ¿cuando me lo presentarás?—pregunte, siguiéndola como un perro por toda la casa.

—Pronto—dijo con un repentino tono de irritación—cuando sea el momento adecuado.

—¡Al menos cuéntame algo sobre él!

Entonces ella suspiró, con cansancio, se giró hacia mí con las manos en la cintura y el ceño fruncido. Pareció pensar en una respuesta por algunos segundos hasta que abrió ligeramente los labios.

—Le gusta tomar los fines de semana, tiene un hijo y trabaja en la estación de policía de Derry, ¿contenta?—dijo, con el ceño fruncido y todavía mirándome fijamente.

—¿Y cómo se llama?

—Eso no te lo diré—gruñó—pero pronto lo conocerás. Ahora, tengo una cita, Lily, ¿puedo irme o tienes más preguntas que hacer?

La mire a los ojos y sentí como mi boca suicidamente ingeniosa volvía a abrirse, pero la cerré a tiempo con tanta fuerza que mis dientes se clavaron en mi lengua. Entonces me limité a negar humildemente con la cabeza, y mi madre pareció satisfecha.

—Te veo mañana, cariño—dijo, dejándome una caricia a lo largo de la mejilla con su mano fría, salió de la casa, subió a un taxi que ya la esperaba afuera y se marchó.

Me quedé ahí, de pie frente a la puerta durante varios segundos, estaría sola hasta el amanecer, tal vez hasta el mediodía o más. Podría sentarme en el sofá con los pies cruzados sobre la mesa de centro, cenando un gran bote de helado mientras veía una película con las luces apagadas, las cortinas cerradas y la televisión a todo volumen. O simplemente podría encender la radio para escuchar Rock And Roll, The Champs o Bill Haley & His Comets podría ser una buena opción.

Papalote《𝓡. 𝓣》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora