Capítulo diez

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YOU CAN SEE IT 1958

—Ahora vuelvo, mamá—dije, en voz lo suficientemente alta para que mi madre me escuchara desde su habitación.

—Regresa antes del toque de queda—gritó desde el segundo piso y me quedé de pie frente a la puerta, esperando que bajara para despedirse de mí o algo así.

Pero no pasó nada. Solté un suspiro y me gire tomando la manija entre mis manos antes de girarla oyendo el estrujar de la puerta cuando se abría, extrañamente me causaba un escalofrío ese sonido, era como si indicara algo malo por pasar. De reojo alcancé a ver la mesita frente al sofá en medio de la sala de estar, con un jarrón lleno de agua y girasoles, recordé haber visto llegar a mi madre el día anterior con ellos.

Cerré la puerta detrás mío preguntándome quién se los había dado y comencé a entender que mi madre salía con alguien. Pero ahora no había tiempo para eso, había quedado con Bill—me había insistido en quedar—y ahora me hallaba caminando en dirección al puente de los besos.

«Un lugar poco adecuado para una salida de amigos—pensé mientras cruzaba la calle. Bill era demasiado puntual o yo era demasiado impuntual para que el siempre llegara a un sitio antes que yo.

—Hey, L-Lily—dijo, volteando a verme con una sonrisa, detrás suyo estaba Silver—m-m-me a-alegra que v-v-vinieras.

—Bueno, me has insistido bastante—contesté acercándome a él, y lo vi sonreír nuevamente—¿para qué querías verme? Pensé que estarían los demás.

—E-E-Ellos n-no s-saben de e-e-esto—me susurró—n-n-necesito q-que me a-ayudes en a-a-algo.

—¿Qué?—pregunte, y vi como subía en Silver con facilidad, luego me hizo una seña con la cabeza.

—S-S-Sube.

—No cabré ahí—dije, observando el espacio que sobraba detrás suyo.

—S-S-Si c-cabes, s-s-sube o t-te s-subo a la m-ma-mala—amenazó.

—Eres demasiado violento para ser tartamudo—dije entre dientes, mientras subía con cuidado de no caerme.

—A-Agárrate b-b-bien—ordenó, y noté como apretaba los puños de la bicicleta.

Entonces sentí como el vehículo se tambaleaba a medida que él comenzaba a andar, y sentí miedo. Me aferré a la cintura de Bill con mis brazos y pegué mi cabeza a su espalda, temiendo que Silver se rompiera en partes y ambos cayéramos por el suelo. Cuando comenzó a andar no pude evitar gritar, Silver parecía vieja pero era tan veloz como un coche de carreras.

—E-E-Escucha, Li-Lily—comenzó a decir, mientras yo observaba sus cabellos levantándose por el aire a medida que avanzábamos—T-T-Tú pu-puedes v-ver a-a E-E-Eso.

—No puedo hacerlo exactamente, Bill—susurre, con voz suave y aferrándome con fuerza a su cintura.

—P-P-Puedes ha-hacerlo—comentó—m-m-mientras y-yo av-avan-avance m-mirarás a l-los l-la-lados y m-me d-dirás s-si l-lo v-ves, ¿d-de a-a-acuerdo?

—De acuerdo.

Y así fue. Bill pedaleaba con la vista al frente y apretando los puños de la bicicleta, adentrándose en calles que no había visto antes o alejándose de los lugares transitados de la ciudad, entonces yo miraba. Volteaba de una dirección a otra, y podía verlo. Eso iba con nosotros a donde quiera que nosotros íbamos, no con una forma física que pudiese verse a simple vista como podemos ver a las personas que caminan por las calles, no, Eso se movía entre las sombras, asechaba en la oscuridad y se ocultaba en las penumbras. En aquellos lugares donde no daba el sol Eso avanzaba, en aquellos momentos en los que el viento resoplaba con fuerza Eso me susurraba. Me susurraba cosas que yo no podía entender, palabras confusas o nombres que desconocía, direcciones cuyo destino no identificaba o simplemente murmullos que se perdían con la fuerza del viento. Pero de una forma u otra Eso nos seguía, y solo yo podía verlo.
(Eso sabe que puedo verlo. A eso no le gusta que lo vea)

—¿L-Lo v-ves?—pregunto Bill, su voz me sobresaltó por algunos segundos hasta que me hizo reaccionar sacudiendo la cabeza.

—Si—murmure, con voz baja para que Eso no me oyera.

—M-M-Mira a d-do-donde en-entra, b-b-busca d-donde v-v-vive—me ordeno, avanzando con más velocidad entre las calles y noté como se adentraba por senderos estrechos en el bosque.

Pero entonces, como si nos hubiese escuchado, Eso desapareció. Sacudí la cabeza buscándolo con la mirada en todas las direcciones, pero ya no estaba. Ya no se movía entre las sombras, ya no me susurraba en el viento, Eso se había esfumado, escapó porque sabía que buscábamos su hogar.

—Se ha ido, Bill—dije, en voz más alta después de asegurarme que efectivamente se había ido, y sentí la bicicleta reducir su velocidad.

—T-T-Tengo o-otro p-plan.

¡Tienes superpoderes como en las películas de superhéroes!
«Puedes hacerlo—susurre en mi mente—puedes hacerlo, no decepciones a Bill. Hazlo, solo hazlo. Busca a Georgie.

—No puedo hacerlo, Bill—confesé, con una angustia en mi garganta mientras me giraba a verlo. Sus ojos eran profundos.

—V-Vamos Li-Lily, p-puedes ha-hacerlo—dijo—s-si p-puedes v-ver a E-Eso ta-también p-puedes b-buscar a G-Ge-Georgie.

—No es tan fácil, Bill—susurre, sentándome a la orilla de la entrada de las cloacas.

Bill había conducido en Silver por un buen rato hasta llegar a las cloacas, me había llevado ahí porque—según él—ahí debía estar Georgie.

—S-Si lo hi-hiciste u-una v-vez pu-puedes ha-ha-hacerlo d-d-dos—dijo, casi como exigiéndome mientras se sentaba a mi lado.

—Es que no sé cómo lo hago, Bill—murmure, abrazando mis rodillas hasta llevarlas hacia mi pecho—no sé cómo puedo ver a Eso, pero solo sé que lo hago.

—E-Es c-como u-un s-superpoder—dijo, con una sonrisa de lado.

—¿Superpoder?

—S-Sí—dijo—c-cómo l-los de l-los s-s-superhéroes.

—Dudo que los superpoderes existan, Bill—comenté con amargura.

—S-Sería a-a-algo n-normal c-considerando q-que ha-hay u-un m-monstruo c-come n-ni-niños en De-Derry—susurró, su voz cargada de un sarcasmo extraño en él, mientras su dedo se paseaba por la tierra del suelo haciendo garabatos en ella.

—Sea lo que sea, no creo que sea un don del que pueda agradecer—susurre.

Entonces se formó un incómodo silencio por algunos segundos, hasta que fue roto por Bill, se levantó sacudiendo la parte trasera de sus vaqueros y luego me ayudó a levantarme, entrando de nuevo a las cloacas.

—I-I-Intentemos o-otra v-ve-vez.

Papalote《𝓡. 𝓣》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora