CAPITULO VIII.

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—fue un placer hacer negocios con tigo —dijo hoseok entendiéndo su mano y brindándole una hermosa sonrisa.

—el placer es mio —correspondió iu a la despedida y brindándole una cálida sonrisa.

—nos gustaría quedarnos pero tenemos mucho trabajo —expreso Jin levantándose del asiento.

Sin más que decir los chicos salieron de aquel lugar y se subieron al auto.

—a donde nos dirigimos ahora —pregunto el chófer.

—hachioji —respondió hoseok  concentrándose en su celular.

—si, señor —dijo el chófer encendiendo el auto.

—espera, ¿que?, eso esta al otro extremo de Tokio —refutó jimin.

—si —respondió hoseok con tranquilidad.

—no pensé que iríamos a ir tan lejos —Jin recargo su rostro en una de sus manos.

—no creo que tardemos —volvió a decir hoseok tranquilo.

—tengo mucha hambre, no puedo ir tan lejos con hambre —protesto Jin tratando de convencer a su hermano de ir a comer.

—se supone que vendriamos a comer —se quejo jimin con ternura.

—calma, chicos, si terminamos con eso primero podremos ir a comer y a comprar zapatos —hoseok trataba de calmar a los chicos.

—esta bien —suspiro jimin rendido.

Los chicos se dirigieron a hachioji, entre más rápido salieran sería mucho mejor, ya que regresarían más rápido, y es que literalmente cruzarian Tokio de extremo a extremo. Después de un tiempo los chicos llegaron a su destino.

—hemos llegado, jefes —indicó el chófer.

—gracias, esperanos aquí —aludió hoseok.

Los chicos se bajaron del auto, y al bajarse del auto se encontraron con una empresa, justo frente a sus ojos.

—¿es aquí? —jimin elevo una ceja.

—si, vamos —respondió hoseok caminando hacia la empresa.

Al recibir la noticia de que nuestro nuevo socio necesitaba que lo ayudáramos en algo, no pude decir que no; este sería uno de nuestros mejores tratos –se trataba de un empresario muy notable– Así que organicé una reunión lo más rápido posible.

Al bajarnos del auto Me encontré con una empresa y decidí entrar, al entrar Me encontré con una secretaria que inmediatamente nos reconoció.

—¿ustedes son los señores Park? —pregunto la secretaria.

—si, somos nosotros —explicó hoseok con una mirada seria.

—por aquí, por favor —indicó la secretaria dirigiéndo los por un pasillo que daba al ascensor.

Subimos al ascensor y la secretaría nos llevó a una oficina que quedaba en un quinto piso; al entrar a la oficina nos encontramos con un hermoso chico de buen porte.

—hola, chicos, es un gusto conocerles. Tomen haciento —dijo aquel hombre señalando los muebles del lugar.

—muchas gracias, el placer es nuestro —hoseok tomo asiento.

—veras, tenemos mucha prisa, así que vallamos directo al grano —explicó Jin sentándose al lado de hoseok.

—venimos del otro lado de la ciudad y todavía tenemos mucho trabajo que hacer —jimin se sentó junto a sus hermanos.

—es cierto, disculpa la mala educación. Mucho gusto, somos los Park —hoseok se presento en nombre de sus hermanos.

—mucho gusto, soy ken'ichi. El motivo de esta reunión es el siguiente: necesito personas de confianza que me ayuden con un cargamento de armas que será vendido en el mercado negro, escuche que ustedes tenían muchos contactos y que serían los más indicados para este negocio —hablo el hombre sentado en su lugar.

—bien, entiendo que ese trabajo no lo puedes hacer con tu nombre, eres un hombre de negocios y si algo sale mal, tendrás problemas con la policía y tu reputación como empresario estara dañada —hoseok trataba de entender el motivo por el cual el hombre les pedía ayuda.

—es cierto, no puedo utilizar mi nombre para este tipo de negocios —confirmo el hombre recargando su peso en la silla.

—ya que nuestros nombres Son los que estarán al frente de todo este negocio, lo justo sería 50% de las ganancias —jimin mantenía su semblante serio de hombre de negocios.

—Nosotros nos encargamos de poner el cargamento en Arabia y venderlo en el mercado negro —aclaro Jin mirando al hombre sentado en su silla.

—muy bien, entonces trato de hecho —ken'ichi extendiendo su mano.

—Es un placer hacer negocios contigo —hoseok agarró su mano en forma de saludo para luego cerrar el trato.

—Bueno, nosotros nos retiramos. fue un placer conocerte y hacer negocios contigo. hasta pronto —expreso jin levantándose del mueble.

Los chicos salieron de aquella empresa y se subieron a su auto.

—¿a donde nos dirigimos, jefes? —pregunto el chófer.

—shinjuku —jimin hecho su cabeza hacia atrás haciendo notable su cansancio.

—bien, jefes —respondió el chófer.

Los chicos Se sentían cansados, ya eran las 2:35 p.m y todavía no comía nada por estar haciendo, y cerrando negocios.

—siento que en cualquier momento me voy a desmayar —Jin se recostó en el respaldo de su asiento y cerro los ojos.

—resiste, jin, este es el último negocio del día se hoy —jimin movió levemente a su hermano.

—¿como que del día de hoy?, ¿o sea que mañana estaremos en las mismas? —Jin se indigno ante lo dicho.

—no exactamente, jin, por un segundo recuerda quienes somos y cuan importante somos, es normal estar ocupados todos los días —explicó hoseok a su hermano.

—es cierto, mañana cualquier cosa podría pasar —agregó jimin.

Estos chicos sabían y eran conscientes de lo importantes que son, pero aún así, no dejaban de ser tres chicos Humildes que venían de una infancia muy dura;  estos chicos jamás dejaron de ser humildes Y agradecidos con las personas que trabajaban para ellos.

Su humildad y amabilidad provocada que la gente les agarre cariño Y mucho afecto.

Los chicos llegaron a shinjuku y se dirigieron a el lugar que el Caudillo los hombres de jeon, les había indicado.

UN AMOR ENTRE MAFIOSOS. (kookmin).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora