19. Parte II. El espectáculo está en el cielo, no a centímetros de ti.

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El ambiente era festivo, eso nadie lo podía discutir. Juanjo había conseguido aparcar cerca del centro de mala manera y Kiki se había tenido que apañar con un hueco bastante pequeño y una buena maniobra. Desde luego que Violeta estaba orgullosa de ella ya que según se bajaron ambas del coche la había llenado de besos por toda la cara mientras la otra reía diciendo que no era para tanto.

Juanjo era el que nos estaba guiando, explicando cada cosa que podía sobre las fiestas y sobre la ciudad. Antes de salir de su casa se había encargado de darnos un cachirulo a cada uno con sus llamativos colores rojo y negro, salvo el mío que era todo un pañuelo de hierbas típico de Bilbao. El mismo que hacía unos meses atrás había usado en las fiestas del Aste Nagusia.

La cara de Ruslana y Chiara desde que Juanjo se había encargado de ponérmelo al cuello era digna de admirar, probablemente la mía también puesto que no paraban de reírse de mí.

- Oye, ¿vais a parar ya? - me quejo cuando me giro a mirarlas y las veo señalándome, haciendo el estúpido.

- Venga, ven aquí y ríete un poco - dice Chiara cogiéndome del brazo.

Andamos los tres en fila con Juanjo y el resto por delante, aunque Violeta no tarda en unirse a las risitas que hacen sus otras dos compañeras burlándose de mí sobre una tal estúpida sonrisa que parezco tener desde hace unos días cada vez que me arrimo a Juanjo.

- Hoy cuidado - dice Ruslana llevándose un dedo a la cara como si fuera a decir algo más.

- No les presionéis - interviene entonces Violeta.

- ¿Presionar? Por favor si ayer les pillé a punto de comerse la boca - ríe Ruslana en respuesta.

- ¡No me lo habías dicho! - se queja Kiki.

- Bastante tuve con lo del coche, no me daba para contar más.

La dirijo una mirada fulminante. ¿Qué es eso del coche y por qué me temo que sé a lo que se refiere?

- ¿Cómo que lo del coche? - decimos Violeta y yo a la vez.

- Ah bueno, es que tú estabas con Bea por ahí y no te enteraste - se excusa Ruslana de cara a Violeta.

- ¡Eh! - me quejo alzando las manos para hacerme notar.

- Ay chico, pues lo que le dijiste... voy a estar... puedes contar conmigo.

Coge la mano de Chiara con fuerza y se va acercando cada vez más a ella como si me estuviera imitando. Hace el amago de besarla pero se para a tiempo riéndose con su compinche la cual la apoya en lo que ha dicho como si hubiera estado presente.

- Tú estabas dormida - me quejo cruzándome de brazos y frenando mis pasos.

- ¿Cómo iba a estar dormida si no os callabais? - se queja - Además que te pusiste a cantar y me despertaste.

- ¡Oye que solo canté un poquito!

- Toda una canción pedazo de friki, para que el otro te viese. Que por cierto, cuando les pillamos saliendo del baño juntos...

- ¡Ruslana! - me quejo cortándola a tiempo.

Juanjo y el resto se giran hacia nosotros al ver que no nos movemos. Parece ser que mi expresión corporal avisa a Juanjo de forma inconsciente de que debería venir ayudarme porque así hace. Retrocede sobre sus propias pisadas y se acerca a su amiga para mirarla alzando una ceja.

- ¿Qué has hecho? - la dice como si fuera un guardaespaldas al esconderme detrás de él.

- Ay míralos, parecen estos pajaritos que no pueden vivir uno sin otro - protesta esta pelirroja poniendo los ojos en blanco.

Vorágine.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora