4. ¿Me acaba de llamar hetero?

355 33 4
                                    

No me había despertado mi alarma con sonidos de pájaros. Ojalá hubiera sido eso. Sino la propia Ruslana, mi compañera de piso que ahora mismo estaba tomándose un café completamente vestida en el salón, era la responsable de que media hora antes de lo debido yo abriera los ojos.

Llevo mi taza manchada al completo de Cola Cao al fregadero para más tarde lavarla y me apresuro a colarme en mi cuarto buscando lo que va a ser la primera impresión mía para mis compañeros de carrera. Es un momento clave puesto que depende de cómo me presente me verán de una forma u otra. Al menos tengo a Ruslana que eso ya es una amistada asegurada, por no hablar de Chiara que nos saca un año de ventaja en cuanto al canto y nos va a presentar la escuela. Creo que nada podría salir mal en mi primer año estando ellas cerca.

- Martin, diez minutos y salimos que Chiara nos va a estar esperando venga.

La voz de Ruslana me despierta de mis pensamientos haciendo que me apresure para cumplir esos diez minutos. Ya sé que es un imposible, pero lo intento. Me pongo unos vaqueros que me están más grande lo que a mí madre le gustaría y una camiseta de tirantes junto a un jersey marrón que no dudaré de atarlo a mí cuello o cintura cuando el sol empiece a pegar fuerte. Aunque estamos a inicios de septiembre el verano se sigue notando en la capital, ayer de hecho hubo un momento de la tarde que encendimos el aire acondicionado suplicando por ese ratito de frescor.

Me meto en el cuarto de baño para retocar mi pelo, está necesitando un buen corte pero de momento me muestro reticente a esa idea. Coloco los mechoncitos rebeldes de mi cuello que se asoman como pidiendo la atención que merece.

- ¿Cuánto tiempo más vas a estar mirándote al espejo? - pregunta mi compañera.

No desvío los ojos a ella porque es lo que quiere cuando se asoma por el marco de la puerta. Me limito a soltar una carcajada recordando que yo ayer le solté el mismo comentario antes de que se fuera por la tarde. Ninguno de los dos podemos presumir de tener una imagen que no nos importa, es decir, nos encanta la moda y eso es algo que he descubierto en menos de una semana con cada uno de los looks que hemos ido mostrando uno y otro.

- ¿Quieres algo del baño? - pregunto volviendo a colocar esos pequeños mechones de mi nuca.

- ¡A ti Martin! Ay amorch que estás muy guapo, vas a ligar muchísimo y seguro que más de una se fija en tí.

Alzo mis cejas al escucharla, es entonces cuando me doy cuenta de que he desviado mi mirada a ella. Más bien me he girado para mirarla directamente. ¿Me acaba de llamar hetero?

- Lo sabía - dice con una sonrisa pícara.

- ¿Saber el qué exactamente? - pregunto cruzándome de brazos.

- Amorch, no hay tiempo, la Kiki está esperándonos seguro en la puerta de la uni. Luego hablamos todo lo que quieras sobre ello.

Intento quejarme pero es algo absurdo ya que Ruslana ha tomado la iniciativa y lleva su bolso negro colgado del brazo mientras teclea rápidamente en el móvil. Hemos quedado unos quince minutos antes con Chiara en la puerta del edificio ya que ella tenía que ir antes que nosotros por ser de segundo curso.

Me dejo guiar por la chica de pelo naranja por las calles de Madrid, no cogemos ningún tipo de transporte público y en cosas de media hora hemos llegado al edificio principal. Compagino mis andares con los suyos y me revuelvo las puntas del pelo algo nervioso, hay demasiada gente por los alrededores. Algunos entran, otros salen y entre todos ese grupo se encuentra Chiara Oliver, mi otra compañera de piso con la que no he pasado mucho tiempo ya que ha aprovechado la ultima semana de vacaciones para estar todo el día en la calle con Violeta, o eso me ha venido contando Ruslana.

Vorágine.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora