Era solo otra tarde cualquiera para Christian, sus bebés estaban durmiendo en sus cunas en la sala de estar, como el par de angelitos que eran, incluso si dormían todo el día y los despertaban en la noche; su hijo mayor, o al menos el mayor de los que vivían con ellos, jugaba algún videojuego de guerra o algo así, de los que el británico no podía siquiera pensar en jugar porque se marearía; y su otro par de dos estaba frente a él, en la mesa del comedor, empujándose entre ellos, Christian sabía que los niños querían preguntarle algo, pero esperaría a que ellos dijeran algo, por lo mientras siguió leyendo su libro.
No tuvo que esperar mucho, porque la paciencia no era una de las virtudes de sus hijos, de ninguno de ellos para variar.
– Papá Chris... queríamos preguntarte algo – el británico alzó una ceja y tarareo dando a entender que estaba escuchando.
– Bueno... ¿Podemos saber cómo fue iniciar una relación con papá Toto?, ya sabes, cómo te preguntó – Christian miro a sus dos hijos, sorprendido por la pregunta.
Sonrió un poco, que días habían sido.
– ¿Puedo preguntar por qué quieren saber? – los dos se miraron nerviosos, lo que hizo mirar divertido a sus hijos.
– Bueno, si somos honestos, por una apuesta – Christian no pudo evitar reírse, justo como él.
– Su padre me va a regañar en cuanto lo sepa, dirá que les enseñé esas cosas – Christian sonrió, recordando ese primer día –, pero sí tanto quieren saber, el primer día tuvo un… impacto especial en mí. No esperaba que su padre, fuera capaz de algo así. Me sorprendió bastante dado su historial, no que fuera malo con sus parejas, pero ya saben, yo fuí el primer hombre que le gustó, y el único.
Oh, cómo amaba poder decir eso, si le preguntaban a Christian, ese sería su mayor logro de todos.
– Me preguntó de una manera dulce, y en cuanto lo ví, sabía que desde ese momento nuestras vidas estarían entrelazadas para siempre.
Uno de los niños lo miró, intrigado.
– ¿Y qué le dijiste?
Christian rio suavemente ante la curiosidad de sus hijos.
– Le dije que sí, por supuesto – recordó cómo su corazón se llenó de alegría en ese instante – Desde ese día, todo ha sido mejor con él a mi lado.
Una cálida sonrisa invadió su rostro al recordar aquel primer día, uno que aún lo hacía sonreír como aquella vez.
Christian estaba consciente de que no debía esperar mucho al ser pareja oficial de Toto, había tomado meses en que el otro aceptará sus sentimientos, sería un proceso aún más largo que el otro pudiera comportarse como tal, pero estaba dispuesto a ser paciente con el austriaco, después de todo estaba haciendo algo sumamente valiente al intentar algo que le asustaba demasiado.
Toda su vida había estado interesado en mujeres, a diferencia de Christian, el mayor había estado casado con una mujer durante años, había salido con algunas otras después de eso, y entonces había llegado él a sacudir su mundo.
Su mejor amigo, Adrian, había bromeado con que Christian le había provocado su crisis de mediana edad, el británico sabía que el chiste no era tan chiste, más bien, fue lo que pasó.
Pero ahí estaba el mayor, aceptando sus sentimientos hacia Christian y tratando de iniciar algo, y no era tanto que fuera un experimento, fue más bien que en realidad estaba enamorado del británico.
Aún así no esperaba esta clase de... actos cuando le pidió ser su pareja.
El austriaco le había traído un peluche de un mapache, el animal favorito de Christian.
– No pude resistirme, quería que tuvieras algo que te recordará lo especial que eres para mí– había dicho, y Christian no pudo evitar sonreír y abrazar el peluche cerca suyo, pudo ver los ojos del mayor y la sonrisa suave que le dio.
– Me encantó, muchas gracias, aunque, ¿Puedo preguntar por qué el regalo? – volvió a mirar el peluche y cerró los ojos al sentir la suavidad.
Era tan lindo.
– Eres tan tierno, Liebling – eso hizo que Christian mirara en seguida a Toto.
– Ya te dije que no soy tierno, Wolff – el hombre simplemente sonrió.
– El regalo es porque tengo que preguntarte algo muy importante, más bien, pedirte, ¿Crees que quieras estar conmigo? Cómo en una relación formal – Christian miro sorprendido a Toto, pero más que nada emocionado.
– Claro que sí. Aunque, siendo sincero, desde hace tiempo ya sentía que estábamos en una – el mayor se inclino a acariciar su mejilla.
– Lo sé, pero solo quería un día para celebrar contigo, será nuestro aniversario, nuestro día especial – Christian no pudo evitar reírse y mirar divertido a Toto.
– Así que nuestro aniversario será el 21 de septiembre, lo apuntaré en mi calendario de los próximos 10 años – Toto se inclino a besar su mejilla, luego le regaló una de las sonrisas mas maravillosas que habia visto jamás.
– Al menos por ese tiempo, es lo mínimo que quiero – Christian sonrió y se inclino a dejar un casto beso en los labios del mayor, cuando se separaron Toto entrelazó suavemente sus dedos con los de Christian, como si quisiera dejar en claro que siempre estaría a su lado.
– Ugh, eso fue demasiado dulce – Christian se rió cuando escucho a Ernesto decir eso.
– ¿Quién gano la apuesta entonces? – su hijo mayor se acercó a abrazarlo por los hombros y sonreír triunfal.
– Yo, ahora deben ordenar mi habitación por un mes – el británico rodó los ojos, por supuesto que Pepe aprovecharía y pediría eso, su hijo era el más desorganizado de todos.
– ¿Quién apostó y sobre qué? – Christian sonrió al escuchar la voz de su marido – Buenas tardes niños, cariño – el mayor se inclino a dejar un beso en sus labios, sus hijos se quejaron en voz alta al verlos, lo que provocó que se rieran divertidos.
– Asco, papá, siempre es lo mismo.
– Tendrán que voltear para no ver, porque nunca dejaré de besar a mi adorable marido – Christian rodó los ojos con cariño, Toto siempre se referiría a él como tierno o adorable.
– Los niños apostaron sobre como fue iniciar una relación contigo, más bien, creo que más bien era como actuarias al iniciarla.
– Sí, Rocco dijo que serías más frío, yo pensé que actuarias como si ya fuera un hecho – Christian resoplo, había mucho de Toto que tenían que aprender.
– Pepe ganó, dijo que ibas a ser dulce – el mayor le sonrió con cariño.
– Es que, ¿Cómo no podría serlo con su padre?, mírenlo, es tan lindo – Christian sintió que se sonrojaba, lo que le valió un beso en su mejilla – el señor Tesla fue testigo de ello.
– ¿En serio un nombre para un peluche, papá? ¿Y luego de un científico? – Christian miro con tristeza fingida a su marido, quien lo abrazo contra su pecho.
– Mi marido puede ponerle nombres a los peluches que quiera y con el nombre que quiera – el británico recibió un beso en su frente – por cierto spatzi, fue el día mas importante de mi vida, me llevó a esta hermosa vida contigo, a tu lado.
Christian lo besó sin importarle los ruidos que hacían sus hijos, porque mientras lo besaba, todo lo demás desapareció por un instante. Sabía que ese primer día no solo había marcado el inicio de su relación, sino que había dado paso a una vida llena de amor, risas y momentos como ese, rodeados de su familia. Y en su corazón, estaba seguro de que había sido la mejor decisión de su vida.
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Cómo dice en la descripción, esto estará basado en el Wolffner del grupo de rol en el que estoy.
Probablemente este sujeto a cambio, pero será hasta que acabe el mes.
Nos leemos hasta la próxima.
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Flufftober
FanfictionEl calendario fluff de octubre desde la perspectiva del Wolffner de mi grupo de rol. Portada provisional.