Sí, era verdad, de los dos, Christian era el que tenía una tendencia más grande a preocuparse por pequeñeces, desde que sus hijos habían perdido un zapato hasta preguntar varias veces si habían cerrado bien la casa por las noches.
Pero cuando Toto era quien se preocupaba, su esposo llegaba a los extremos para protegerlos, porque el mayor solo se preocupaba cuando era por motivo de su seguridad, emocional y fisica.
Sin embargo cuando eran los dos, tendían a ser... bastante intensos, un ejemplo era como le habían prohibido a Mick subirse en un avión en su vida después de su accidente.
En defensa de los dos, casi perdían a su hijo.
Y para mala suerte de Christian, solo tres de sus hijos no corrían en autos a velocidades inquietantes, y eso era porque sus bebés apenas gateaban, y Sebastian ya se había retirado.
Estaba orgulloso de todos ellos, y amaba que tuvieran tanta pasión en el deporte, sin embargo no iba a negar que detestaba cada vez que escuchaba los motores listos para correr y luego cada vuelta que seguía.
Los peores momentos eran cuando alguno de sus chicos chocaran, como cuando Max y Lewis tuvieron sus accidentes en 2021, o cuando Checo chocó de esa manera tan aparatosa en Mónaco, o cuando Zhou chocó de esa manera contra la barrera, o George, o Sebastian, o Lando, u Oscar, o cualquiera de ellos.
Todos esos recordatorios eran horribles para él, recordar como su marido y él durmieron en el hospital cuando sus hijos estaban ahí.
Ahora que lo pensaba era un poco divertido y tonto que ninguno se hubiera dado cuenta de su relación hasta que los dos se las revelaron a todos ellos el año pasado.
Cuando se estaban casando.
Es decir, los dos estuvieron para ellos en los momentos más peligrosos, juntos, y no se dieron cuenta de que eran pareja, todos siempre se sorprendían cuando los veían juntos sin discutir, pensaron que era sorprendente que no se estuvieran insultando o gritando.
Pero supuso que habían actuado demasiado bien sus papeles.
Porque incluso cuando se moría de la preocupación al ver el estado del auto de Checo y Carlos, lo que las cámaras habían captado era la frustración.
Y los periódicos ya lo estaban tachando de estar molesto con el piloto mexicano y de querer buscar su reemplazo y toda esa mierda.
Él solo quería saber si sus hijos, los padres de sus nietos, estaban bien, le importaba una mierda el campeonato, los puntos, el dinero, solo quería a sus hijos de vuelta.
Era un padre mucho antes que un director de equipo.
Entonces en cuanto la carrera acabo fue corriendo a sus dos chicos y los abrazo con fuerza.
– Díganme que están bien – los dos lo habían abrazado de vuelta.
– Estamos bien, papá pato, no paso nada.
– No les creeré hasta que el médico los vea – sus dos hijos le sonrieron con cariño.
Pero antes de que alguien dijera algo llegaron Max y Lando corriendo, los dos abrazando a sus respectivas parejas buscando cualquier cosa fuera de lugar.
Bien, sería mejor regresar a su garaje, y estaba a punto de hacer eso cuando un grupo de periodistas y reporteros se acercaron, rodeándolos sin ninguna consideración.
El británico se sintió aplastado en seguida, pero él solo quería a sus hijos fuera de todo esto.
– ¡Max!. ¡Carlos!, llévenlos fuera – sus dos hijos hicieron caso en seguida, sacando a Sergio y Lando del tumulto.
Eso hizo que las personas que los habían rodeado siguieran a los muchachos, lo que no fue una buena circunstancia para el británico.
De un momento a otro lo estaban empujando y había caído en el piso.
– ¡FUERA! – Christian se congelo, ese era su marido, y estaba extremadamente molesto.
Desde su lugar en el piso pudo ver como se abría paso entre las personas para llegar a él, y en cuanto estuvo a su lado se agacho para tomarlo en brazos y cargarlo estilo nupcial.
– Estoy bien, no me paso nada – el mayor fulminó con la mirada a todas las personas que ahora miraban a otra parte con vergüenza o los apuntaban directamente con sus cámaras.
– Eso lo decidirá un doctor, ahora, espero que recuerden como termino su compañero de trabajo, el señor Glazzier, y no, no es una amenaza señores, es una advertencia, mi marido tuvo mellizos, a su edad, se que puede con cosas más fuertes que lo que acaba de pasar, pero también es cierto que ustedes no tuvieron cuidado en lo que sucedía, que pudieron herirlo de gravedad y no les importó, no solo eso, acosaron a cuatro de nuestros hijos, en una zona que no está permitida para ustedes, ¿Me equivocó?, eso viola algunas reglas de este lugar, pero no solo fue eso, actuaron sin ninguna clase de decoro o empatía, ahora, quiero que se vayan de aquí, y espero una disculpa de parte de cada uno de sus periódicos, redes o donde sea que publiquen sus... noticias, buenas tardes – Toto se volvió a abrir paso entre las personas y entre los seis llegaron al hospitality de Mercedes, que era el más cercano.
Por eso el austriaco había llegado tan rápido, aunque no duda que lo hubiera hecho a pesar de haber estado del otro lado.
Así era su marido.
Quien lo dejo sobre una silla y como acostumbraban empezó a curar sus pequeñas heridas.
– Toto, no me paso nada – su marido tarareo.
– Lo sé, pero me preocupaste, estabas ahí y de repente ya no, supe en seguida que te habías caído y cualquier idiota te pudo haber pisado, estuve a punto de ir a golpear a todos, pero tú eras mi prioridad – Christian no pudo decir nada, él habría actuado igual, así que solo beso al mayor.
– Gracias por siempre estar ahí para mí... lo que me sorprendió es que actuaron sin control, pensé que sabían mejor que eso – el mayor gruño.
– Son periodistas de pequeñas empresas, para ellos la farándula es lo primero y supongo que querían que Carlos y Checo pelearan o que Max golpeara a Carlos, hablaré con el que organiza todo eso, no podrán volver a entrar, no solo te pudieron haber lastimado, sino que también a Sergio y Carlos – Christian sonrió.
Solo era su marido preocupándose por todos ellos, era un padre de familia preocupado por su familia, que no dudaría en defenderla con todo lo que tenía.
– Bien, deja que cualquiera se ocupe de eso, vamos a ver a nuestros chicos, pero antes... – Christian beso a su marido – mi guapo caballero, siempre salvándome.
– Lo prometí, siempre te voy a cuidar, vamos pequeño mapache, hay que ver a los chicos – sí, luego besaría a su esposo por cuidarlo, ahora lo que importaba eran sus chicos.
______________________________________
Nos leemos hasta la próxima.
ESTÁS LEYENDO
Flufftober
FanfictionEl calendario fluff de octubre desde la perspectiva del Wolffner de mi grupo de rol. Portada provisional.