Lo único bueno de tener insomnio, es que no podías tener pesadillas, pero Christian no podía decir que su esposo corriera con la misma suerte, no era común, pero el mayor si llegaba a tener algún mal sueño que lo hacía levantarse gritando.
Esas eran las noches en las que más sufría el rubio, porque a pesar de todo, no sabía como ayudar a su esposo, pero eso se debía a que la mayoría de las veces el castaño no le decía una sola palabra, solo lo abrazaba con la respiración totalmente descontrolada y miraba a la nada.
El menor solo podía acariciar la espalda del más alto, y esperar junto a él a que todo pasará.
Casi siempre tenían la misma rutina, esperar a que amaneciera, levantarse de la cama, entonces el austriaco iría al baño a tomar una ducha mientras el británico preparaba el desayuno confort de su marido, entonces comerían en la sala y se quedarían abrazados hasta que el sentimiento desapareciera e irían a trabajar.
Pero claramente está vez algo era diferente, porque en cuanto su esposo se levantó de golpe, respirando agitadamente, sudando frío y con la vista desorientada tomo su rostro con desesperación y empezó a murmurar gracias una y otra vez, solo para después salir corriendo.
Esa acción provocó que el menor saliera del shock y corriera detrás de él, ignorando el frío fuera de la habitación se dirigió a donde había ido el castaño, solo para parpadear al ver que había sido en la habitación de los mellizos.
Su esposo estaba ahí, sosteniendo contra su pecho a los dos bebés, sollozando mientras murmuraba cosas en alemán.
– Amor, necesito que respires, respira conmigo – en lugar de quitar a los bebés de su agarre abrazo lo mejor que pudo a su marido por la espalda y empezó a murmurar palabras tranquilizadoras.
Conocía al mayor mucho mejor de lo que se conocía a si mismo, así que sabía que solo necesitaba de los tres junto a él para dejar de sentir ese miedo irracional de lo que fuera que hubiera soñado.
No tenía sentido preguntarle ahora, y no le importaba, solo quería que el castaño dejará de sentir esa impotencia y temor y sintiera todo el amor y cariño.
Estuvieron en esa posición por al menos veinte minutos, pero se sintió mucho más eterno, siempre sentiría que era demasiado cuando su esposo estaba sufriendo, no le gustaba ver al mayor así.
– Lo lamento – Christian beso su nuca y negó suavemente.
– Nada que lamentar, toma todo lo que necesites para tranquilizarte, debió haber sido horrible, shhh... todavía no digas nada, cambia a los mellizos, prepararé la cama, ¿Necesitas algo antes de que me vaya? – el inglés se separo del cuerpo del más alto y se movió de tal manera que quedó delante de su esposo, mirando atentamente su rostro.
– No, sí, no, estoy bien, un beso – el austriaco parecía un poco desesperado, por lo que no dudo en besar a su esposo de la manera más dulce y firme que pudo, tratando de demostrar todo lo que sentía por él.
– Tomate tu tiempo, no iré a ninguna parte que no sea nuestra habitación, respira, mira a los mellizos, siente su pequeña y hermosa respiración, estamos aquí para ti, ¿Ok? – el más alto asintió demasiado confundido todavía por todo lo que sentía.
El rubio deposito un suave beso antes de levantarse y volver a su habitación, donde rápidamente quitó las sabanas, cobijas y colcha solo para acomodar primero las sabanas extendidas, entonces algunas almohadas, muchas almohadas al rededor, formando una estructura en forma de circulo enorme, puso encima la colcha, y todas las cobijas una encima de la otra.
Decidió tomar algunos peluches que el rubio tenía en la habitación, un Snoopy enorme que le había regalado hace años y un tiburón alargado que serviría como almohada.
En cuanto el castaño entro cargando a sus dos bebés, totalmente dormidos pudo ver la diferencia, y sin ninguna duda se acerco a empujarlo a la estructura que había construido, quitando las cobijas.
Su esposo se acostó con gusto, suspirando gustoso, sobre todo cuando Christian se acostó a su lado, tomando a Ben en brazos y acomodándose juntos sin molestar a los bebés.
Pusieron la cobija sobre ellos y permanecieron juntos, en un silencio relajante, que se rompió por la voz quebrada de su marido.
– Soñé que te perdí, tú... no lo lograste en el parto, era demasiado tarde, y todo lo que querías era tenerme ahí, escuchaba tus gritos pidiendo por mi y no llegaba a tiempo, morías suplicando porque apareciera, y no podía hacer nada, solo ver... tu... y los bebés ni siquiera... se sintió tan real, pudo haber pasado, pude haberlos perdido a todos, y todo habría sido mi culpa, estabas solo y... – Christian lo interrumpió, besando suavemente los labios del mayor.
– Los bebés están aquí, sanos y salvos, creciendo tan altos y grandes como su padre, todo salió bien, porque siempre estás para mí cuando más te necesito, llegas en el momento oportuno, y me cuidas, así que si estoy aquí, si estamos aquí es porque me diste las fuerzas para salir de todo eso, para lograr lo que soñamos – acarició la mejilla del castaño y sonrió con cariño.
Con su otra mano se aseguro de hacer que el mayor pudiera sentir su pecho, donde el latido de su corazón se sentía con tanta fuerza que no había que tocar demasiado fuerte para hacerlo.
– Late por ti, así que no te culpes por nada, porque me diste la fuerza para salir de todo el espiral en el que entraba en el embarazo, eras quien me decía que no me veía mal, porque todo lo que podías ver era el hombre tierno que llevaba a tus bebés con tanto cuidado, porque siempre estás al pendiente de cualquiera de mis necesidades, y porque me amas con todo y con mis defectos, y sé que incluso con todo lo que dije e hice no detendré esos sueños horribles, pero te prometo estar cada vez que tengas uno de ellos – el mayor parecía querer llorar y entonces sujeto su rostro con cariño y se acerco para besarlo.
Un beso dulce, que sellaba sus promesas, estaría para Toto en sus mejores y sus peores momentos, siempre.
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Mucho que escribir, tantas ideas al mismo tiempo, si me revuelvo un poco avísenme.
Nos leemos hasta la próxima.
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Flufftober
FanfictionEl calendario fluff de octubre desde la perspectiva del Wolffner de mi grupo de rol. Portada provisional.