SH| ¿Una sangre sucia y una mortífaga?
Femoc x Hermione Granger
Harry Potter Fanfiction
Estado: En proceso
ADVERTENCIA: Está historia puede contener temas inadecuados para algunos lectores, ten conciencia y toma en cuenta que es solo ficción.
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EMILY SE GOLPEÓ MENTALMENTE por no llevar su permiso a la mano.
— Lo olvide en mi habitación.
Dijo en voz alta para luego encaminarse hacía adentro.
— ¿Te acompaño?
La voz de la castaña resonó en sus tímpanos y la pelirroja no dudo en aceptar, ella le extendió la mano a Granger y está la acepto con una sonrisa en su rostro.
Pronto entrelazaron sus brazos mientras caminaban, ambas felices por el pequeño contacto con la otra, se sentía como si de verdad estuvieran reforzando su lazo de amistad y eso era justo lo que Emily esperaba yendo a buscar a su amiga a su sala común.
Llegaron rápidamente a las mazmorras recorriendo los pasillos en busca de la sala común de Slytherin, Hermione estaba algo sorprendida pues casi nunca iba a esa parte de la escuela, la pelirroja observó con pequeña diversión la expresión en el rostro de su amiga, también le agradaba que Granger conociera más acerca de ella, como en donde dormía, sin embargo, estaba sumamente prohibido que alumnos estarán en la sala común de otras casas a excepción de que estuvieran en horario escolar.
— Mmh ¿Me esperas aquí?
La castaña asintió rápidamente.
— Si, no te preocupes.
La pelirroja casi corrió atravesando la pared de ladrillos que se había abierto luego de mencionar la contraseña, subió las escaleras que la llevaron a su habitación, abrió la puerta de golpe sin notar que alguien estaba adentro, busco desesperadamente en su baúl balbuceando acerca de aquél trozo de pergamino.
Pansy la miró sin disimulo, ella sabía lo que Emily buscaba puesto que la pelinegra lo había movido de lugar a propósito para ser quién la ayudará a encontrarlo.
— ¿Buscas algo?
Preguntó Pansy con obviedad, la pelirroja, que apenas se había enterado de la compañía en su habitación compartida, la miró con algo de duda para luego asentir lentamente.
— Mi.. permiso para Hogsmeade.
Emily notó como Pansy evitó su mirada con un ligero sonrojo en sus mejillas, el ambiente se había vuelto incómodo gracias al silencio que se había formado.
— Oh..
La pelirroja tenía una mala sensación en su cuerpo, no sabía porque la pelinegra se comportaba tan amable con ella cuando anteriormente la había hecho hasta llorar, y no era que Emily se sintiera culpable, sinó que algo no se sentía bien.
— Creo que ví como lo pusiste en ese cajón.
Dijo finalmente señalando un pequeño cajón escondido en la cama, la pelirroja se apresuró a buscar ahí encontrando rápidamente el pergamino firmado.
— Gracias Pansy.
Agradeció Emily antes de dirigirse a la puerta.
— Espera..
La pelirroja se giró hacía ella con cautela, Pansy levantó un pedazo de pergamino igual al de ella.
— Yo también iré a Hogsmeade, te acompaño abajo.
Un silencio sepulcral se instaló entre ambas partes, Emily no confiaba en la situación en la que estaba, algo en su interior le decía que algo malo pasaba, apretó los labios antes de contestar.
— Mejor ve con Astoria.
Pansy sonrió dejando sus brillantes dientes al aire, ocultando la punzada en su pecho, odiaba que la chica frente a ella la tratara como basura y aún así necesitará su aprobación para sentirse bien.
— Claro.
Contestó la pelinegra tragándose sus palabras, Emily salió de la habitación dejándola sola, Pansy no sintió más que pura humillación, ¿Qué más tenía que hacer para que no la tratarán como basura?, se contuvo de gritar y en un arranqué de ira salió de ahí siguiendo a la pelirroja, la busco con la mirada antes de notar que ella ya estaba bajando las escaleras con rapidez por lo que imitó su acción con el corazón acelerado.
Sus mejillas enrojecidas, su pecho parecía estar en llamas abrasadoras, y justo cuando estaba por alcanzar a la Slytherin observó justo afuera de su sala común a Emily juntó a la persona que menos esperaba.
Hermione Granger, aquella irritante sabelotodo con rizos color caramelo, le sonrió enternecida cuando la vió salir y no solo eso, sinó que la pelirroja le devolvió la sonrisa, una sonrisa que ella solo se había imaginado, tan llena de amor y satisfacción, Pansy sintió que los celos la devoraban entera, ¿Cómo podía ser que una sangre sucia como lo era Granger había ganado la aprobación de Emily en su lugar?
Sintió ganas de vomitar al ver el brillo en los ojos de su compañera de casa, veía a Granger como si fuera lo único que existiera, como si fuera lo único en el mundo que valiera la pena, tanto que ni siquiera se dió cuenta cuando las siguió por el pasillo, la mano de Emily tocaba ligeramente la espalda baja de la castaña mientras caminaban, tal como una pareja recién casada ¿Cómo se habían vuelto tan cercanas? ¿Qué había hecho Granger para que la pelirroja si quiera la volteara a ver?
Sintió que le faltaba el aire, sus pulmones se aplastaron, su garganta se cerró por un momento ¿Acaso era ella tan insoportable? No, jamás había hecho algo realmente molesto, de hecho Emily era así con todas las personas a su alrededor, era fría como una roca, silenciosa como tumba, pero su rechazo dolía más que mil hechizos imperdonables al mismo tiempo, al menos para ella.
Solo podía haber una explicación para aquello que sus ojos habían presenciado, Hermione Granger había hechizado a Emily, todos sabían que la Gryffindor era experta en preparar pociones o realizar encantamientos a la perfección, tampoco era de extrañar que los usaba para fines ilícitos que según el director "salvaron a Hogwarts".
La pelinegra se recargó en la columna cerca de la entrada a su sala común, suspiró más tranquila al tener por seguro lo que había pasado, ahora todo cobraba sentido, el problema no era ella, era Granger, y cuando toda la casa de Slytherin por fin se enterara de la terrible e imperdonable cosa que la sangre sucia había hecho, la pelirroja no tendría más remedio que alejarse de ella y al fin se daría cuenta de que Pansy siempre estuvo ahí para apoyarla.
Pero tenía que ser inteligente, y sobre todo paciente, no podía acusar a nadie sin pruebas contundentes, tenía que hacer cualquier cosa para conseguirlas o.. plantarlas, aún si eso significaba sacrificar algunos inocentes.
Sonrió al aire ligeramente antes de continuar con su caminó hacía la entrada, donde todos se encontraban listos para ir a Hogsmeade, miró a la distraída Emily junto a la despreciable rizada, antes de darle su permiso a la profesora Mcgonagall, ella asintió aceptando el pedazo de pergamino antes de que todos avanzarán hacía su destino.
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