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XXVII: The Yule Ball

TRES TOQUES FUERON SUFICIENTES para que los nervios de Emily aumentaran, podía incluso sentir su corazón acelerado en sus oídos, escuchó ruidos adentro antes de la voz de Granger

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TRES TOQUES FUERON SUFICIENTES para que los nervios de Emily aumentaran, podía incluso sentir su corazón acelerado en sus oídos, escuchó ruidos adentro antes de la voz de Granger.

— Adelante.

La mano temblorosa de la pelirroja abrió la puerta con lentitud, su mente estaba en blanco mientras entraba silenciosamente a la habitación, sin embargo, no tardó mucho en escuchar el sonido de la regadera, sintió pánico al imaginar a su amiga desnuda, sentía el rostro caliente mientras que su cuerpo se tensaba ligeramente y no se movió de la puerta en ningún momento.

— Me adelante un poco, espero que no te importe.

Comentó Hermione aún en el baño, Emily observó a su alrededor con algo de curiosidad, tratando de grabar cada detalle en su mente.

— No, está bien.

Contestó suspirando un par de veces tratando de calmarse, sus manos sudaban y el olor de la castaña por todos lados solo la hacía sentir el ambiente más íntimo, jamás había sentido tantos nervios al estar con Hermione a solas, su amiga interrumpió sus pensamientos saliendo del baño envuelta en una toalla, cosa que no solo hizo sorprender a la Slytherin, sinó también la hizo abrir la boca para hablar y después cerrarla al ver qué no salía nada más que balbuceos, su vista jamás se apartó de Granger a pesar de sentir su rostro ardiendo.

— Emily ¿Qué haces? Creí que te habías duchado ya.

La pelirroja volvió a abrir la boca, pero de ella no salió nada entendible haciendo que la castaña sonriera con ternura.

— Puedes usar mi baño..

Propuso la castaña acercándose a su amiga, la Slytherin solo pudo aguantar la respiración, Hermione aún tenía el cabello mojado y su piel goteaba constantemente, su piel se erizó cuando Granger colocó una mano en su cintura y la empujó ligeramente hacía el baño, la pelirroja no apartó su vista de ella hasta que sus pies comenzaron a caminar hacía dónde su amiga le había indicado, Emily le dió una ligera mirada a la castaña antes de cerrar la puerta.

Observó detalladamente todo a su alrededor, no era muy diferente al baño en su habitación, pero este tenía impregnado el olor de Hermione por todos lados, cosa que la hacía distraerse ligeramente, dejó el arriba del soporte del retrete y comenzó a desvestirse con el rostro aún caliente, pensó en lo extraño que se sentía desnudarse en la habitación de Granger, simplemente era algo que nunca se imaginó hacer, ella lo consideraba demasiado privado y le sorprendía la tanta confianza que la castaña le tenía, pues al no tener amigas, jamás había experimentado el hecho de compartir tanto con otra persona.

SHAMELESS | Hermione GrangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora