Epílogo I: Tara

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No recuerdo el momento en el que desperté en lo que parecía ser una clínica. Tenía un líquido transparente inyectándose a través de un suero.

Noté mi cara, estaba libre. Sentía frío. Me dormí de nuevo.

Desperté de nuevo y el ladrón, el niño que enamoró a mi hermano, lloraba a mi lado mientras se culpaba a si mismo por la muerte de mi estrella.

Todo el dolor vino a mi mente de nuevo. Empecé a llorar con él, aunque apenas estuviera consciente.

La mujer espía rubia los apresuraba para irse. ¿Irse a dónde? No quería que lo hicieran. Una parte de Sandy aún vivía en ellos.

Mi hermanito, mi hermanito, mi hermanito.

Me descontrolé, tuvieron que sedarme.

Soñé con él. De nuevo, en el momento que descubrí su cuerpo. Se veía tan delicado, como algo que se debía proteger, aunque no necesitara más protección.

Desperté, Piper estaba a mi lado.

- Te has recuperado exitosamente del tratamiento. -Lo decía en un tono serio y sin la falsa sonrisa con la que solía andar-. Se supondría que ya puedes hablar.

- ¿Puedo? -Esas fueron las primeras palabras que salieron de mi boca después de mucho tiempo.

No parecía así. Me pareció gritar el nombre de mi hermano anoche.

Me había inyectado el antídoto. Ya no tenía más efectos por las gemas, me había vuelto mortal de nuevo.

- Físicamente, ¿cómo te sientes?

- Bien. -Era verdad-. ¿Qué le pasó?

- Sandy inhaló demasiada toxina que, sumado al efecto de las gemas le causó una muerte terminal por paro respiratorio.

Hubiera deseado que hubiera tenido tacto para decirlo.

- ¿Qué pasará con su cuerpo?

- Está en la morgue. Podríamos crear una tumba y enterrarlo. También lo podemos cremar.

- Quiero que lo cremen. -No lo pensé, a Sandy no le gustaba este país. Tampoco le gustaba la tierra. No hubiera querido estar en un solo lugar en el más allá. Repartiría sus cenizas al viento. Sería libre.

Piper tampoco me preguntó si estaba seguro. Solo asintió su cabeza.

- ¿Me deportarán? -Pregunté. Mi pregunta carecía de lógica, porque éramos refugiados.

- Entrarás a protección de testigos. Este caso se ha clasificado, por lo que no habrá testigos, pagaremos por tu silencio. Si lo deseas, podremos darte un lugar donde vivir y comenzar de nuevo.

Comenzar de nuevo, comenzar de nuevo, comenzar de nuevo.

Ese era el pensamiento que tenía en mente cuando abandoné mi país.

Un sentimiento de culpa me embriago. No me soltó en lo que me quedó de vida.

Si no lo hubiera llevado no hubiera muerto.

No hubiera muerto.

Está muerto.

Ha muerto.

Muerto.

- Lo lamento mucho. -Se disculpó Piper.

Pero sus palabras eran vanas. Mi dolor nunca desapareció y lloré, lloré por él. Mi hermano, mi razón de vivir, había muerto.

Luego recordé a Kalifa. Estaba muerto también, él me había salvado del humo verde y se sacrificó por mí. No valió la pena. Yo no valía la pena. No pude ni salvar a mi hermano. Era inútil.

El bazar y el ladrón (Historia Leondy con Lore de Brawl Stars)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora