Epílogo

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El teléfono de Abril no paraba de vibrar encima de la mesa de noche. Semidormida, Samantha deslizó su mano a través de las sábanas hasta alcanzar el objeto, al tomarlo abrió un ojo y con la vista borrosa alcanzó a leer el nombre de Amairani que aparecía en la pantalla. Bufó contestando la llamada.

-¿Sabes la hora que es Amairani? -dijo Samantha- Son las seis de la mañana

-Si, por lo mismo te llamo, me tuve que despertar hace una hora porque alguien olvidó empacar pañales, tuve que correr a una tienda de conveniencia

-Dios, esa era la única tarea de tu hermana ¿Chloe está bien? -preguntó Samantha por su pequeña.

-Todo está bien, solo preguntó por su madres una vez, le tuve que decir que sus madres estaban haciendo unas cosas PG-13 y no una serie necesariamente -Samantha rió cuando Amairani narró.

-Mi hija no necesita saber esas cosas -Samantha notó que Abril se movía ligeramente- Como sea, nos vemos en la noche, y por cierto Ama...

-¿Si?

-Gracias por hacer de niñera, te prestaré nuestra cocina una noche

-Sabía que eras una blanda -Samantha rodó los ojos- Gracias, diviértanse

Cuando Amairani colgó Samantha se giró hacía Abril y besar por lapsos el hombro de su esposa.

-¿Qué quería Ama? -preguntó Abril aún con los ojos cerrados pero perdida en los besos que Samantha le daba en su desnudo hombro.

-Despertarme porque se tuvo que despertar temprano para ir a comprar pañales que alguien olvidó -al escuchar las palabras de Samantha, Abril se sentó bruscamente abriendo los ojos completamente- Eres una madre terrible ¿Debería llamar a servicios sociales?

-¡No! Lo olvidé completamente, es culpa del nuevo sistema de seguridad, no leía mi gafete y tenía prisa -Abril se desplomó en la cama ¿Cómo pudo olvidar guardar los pañales de su hija de dos años?

Samantha solo observaba a su esposa con una sonrisa. Al fin sentía que su vida estaba completa, tenía una hermosa esposa y una hermosa bebé, algo que no pensó qué tendría cuando cumpliera cuarenta y cinco años. Se reía de si misma al pensar que hace años no quería hijos y que tenía suficiente con sus sobrinos, pero cuando Abril sacó a la luz el tema de los hijos al cumplir un año de relación, no soportó la idea de no hacer feliz a Abril, la felicidad de Abril era su prioridad número uno. Qué tan equivocada estaba Samantha, ella estaba completamente enamorada de Abril, y al nacer su hija se terminó enamorando el triple de su esposa, era algo inhumano el amor que sentía por su familia.

-Todo está bien cariño, ahora levántate que no tardan en llegar los chicos, tienes que recoger tu ropa que está regada por toda la sala. -Abril se sonrojó, aún tenía ese efecto a pesar de los años.

-No es solo mi ropa, no estoy sola en esta suite -Abril dijo saliendo de la cama completamente desnuda hacia el baño.

Samantha negó, algún día su esposa le iba a causar un infarto considerando su edad.

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Lo que a ambas les gustaban eran los eventos. Si había algo que le encantaba a Abril era ver a Samantha estar rodeada de gente famosa antes y durante cualquier entrega de premios, amaba ver cómo la piel de Samantha brillaba por los miles de flashes de las cámaras.

Se prepararon juntas para la ceremonia. Katt les sonrió y Jayden habló demasiado, había cerdos kosher en manta para el almuerzo. Abril no pudo dejar de sonreír en todo el día.

Samantha volvió a comprarle un vestido, esta vez un vestido rojo de un solo hombro que Abril adoraba. Samantha se negó a decirle a Abril lo que ella misma usaría, y Abril casi se desmaya cuando vió por primera vez a Samantha con el traje negro, el botón superior abierto en su camisa de vestir blanca y un moño colgando alrededor de su cuello. Samantha siempre usaba vestidos en los premios, esta vez fue la excepción, Abril no tenía palabras para lo que estaba sintiendo ¿Cuánto tiempo tomaría los premios? Quería estar en casa con su esposa lo más pronto posible.

-¿Estás tratando de matarme? -Abril preguntó en el auto en camino al evento señalando el atuendo de Samantha.

Samantha sonrió.

-Mira quién habla, estás magnifica

Abril estaba lo más lejos que podía de Samantha mientras estaba sentada en el mismo asiento trasero. No podía confiar en sí misma para estar más cerca de su esposa. Suficiente regaños había tenido en la suite, Katt ya había tenido que arreglar sus lápices labiales.

Tres veces... la estilista las había regañado.

Salieron del auto y cómo todos los años pasados, Abril se sintió abrumada por toda la gente, todas las cámaras y toda la atención, su adrenalina subió, era luchar o huir, todo era inducido por la ansiedad.

Entonces Samantha tomó su mano, entrelazó sus dedos y le sonrió.

-¿Estás lista? -preguntó Samantha viéndola a los ojos.

Abril lo estaba.

Al lado de su esposa siempre iba a estar lista, siempre iba a poder enfrentar todo lo que se le pusiera enfrente.

Porque juntas eran invencibles.









Dejaré esto por aquí y me iré lentamente.

Una vez más gracias por todo. Los quiero. ❤️

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