Capítulo 6: Encuentros en la Oscuridad

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La nave surcaba el espacio, alejándose de las ruinas y de la inminente amenaza que representaba Thain. La oscuridad era impenetrable, y en el silencio, las estrellas parecían observarnos, como si fueran testigos de nuestro viaje hacia lo desconocido. La emoción por la libertad que podría traer el sable de luz se mezclaba con la ansiedad por lo que vendría.

Kira estaba sentada en la cabina del piloto, sus ojos fijos en la pantalla de navegación mientras el sonido del motor reverberaba en el interior. Podía sentir la tensión en su postura, y sabía que la preocupación la consumía.

—Zik —dijo, rompiendo el silencio—, ¿estás seguro de que quieres seguir adelante con esto? Quiero decir, el sable es... poderoso, pero también peligroso.

Miré el sable de luz, ahora apagado, que reposaba a mi lado. —Lo sé. Pero siento que es la clave para nuestra libertad. No solo como un arma, sino como un símbolo de lo que podemos lograr si tomamos el control de nuestras vidas.

Kira frunció el ceño, una sombra de preocupación cruzando su rostro. —Pero, ¿y si no puedes controlarlo? Ese poder podría desbordarse. No quiero perderte, Zik.

—Lo sé —respondí, sintiendo la presión en mi pecho—. Pero necesito hacer algo. No puedo seguir siendo un espectador en mi propia vida. Este sable podría ser nuestra única oportunidad.

Un silencio pesado se instaló en la cabina mientras Kira digería mis palabras. Después de un momento, asintió lentamente. —Está bien. Pero debemos ser cuidadosos. No podemos permitir que Thain nos atrape.

Mientras continuábamos nuestro trayecto, un destello de luz apareció en la distancia. Kira ajustó los controles, y pronto nos encontramos sobre lo que parecía ser una antigua instalación de investigación, semioculta por la arena. Algo en el lugar me llamó la atención.

—Deberíamos investigar —sugerí—. Quizás haya algo aquí que nos ayude a entender mejor el sable.

Kira miró el lugar con escepticismo. —No estoy segura, Zik. No sabemos qué hay ahí dentro. Podría ser una trampa.

—Pero también podría ser la clave para entender el sable y cómo usarlo —insistí—. ¿No sería increíble descubrir algo que nos dé la ventaja sobre Thain?

Después de un breve silencio, Kira asintió, aunque su expresión aún mostraba preocupación. —De acuerdo, pero debemos estar alertas. Si Thain está en nuestra búsqueda, no podemos permitir que nos atrape.

La nave aterrizó suavemente en una plataforma de aterrizaje desgastada. El lugar parecía desolado, lleno de sombras que danzaban a la luz de las estrellas. Kira y yo nos miramos, compartiendo un instante de determinación.

—Listo para esto, Zik? —preguntó Kira, su voz firme a pesar de la incertidumbre.

—Más que nunca —respondí, sintiendo el sable en mi mano. Aunque estaba apagado, su presencia me llenaba de una energía renovada.

El legado de ThanatosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora