Capítulo 1: El Satélite Olvidado

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El cielo nocturno sobre el satélite Nokra-7 era un lienzo de sombras grises y luces parpadeantes, como si las estrellas estuvieran tratando de recordarnos que había algo más allá de esta vida miserable. Miraba las ruinas de la antigua estación espacial desde mi ventana, esos esqueletos de metal que solían ser símbolos de esperanza, ahora solo reflejaban la devastación de un tiempo olvidado. Era difícil creer que había nacido en este lugar.

La vida aquí no era fácil. La pobreza y el olvido eran como cadenas que nos mantenían atrapados. A veces me preguntaba si alguna vez habría algo más que reciclar chatarra y sobrevivir. Sin embargo, cada día me arriesgaba, buscando entre los restos de naves abandonadas, esperando encontrar algo que pudiera cambiar mi suerte. ¿Era demasiado pedir?

Aquella mañana, mientras me preparaba para salir en mi desgastado deslizador, Thain apareció. Su sombra me cubrió y sentí esa mezcla de rabia y desesperación. ¿Por qué tenía que ser él  quien  decidiera mi destino?

—Zik —gruñó, agarrándome por el hombro—, hoy quiero que te alejes más de lo normal. Hay rumores de que hubo una batalla cerca de este sistema. Si encuentras algo valioso, ya sabes qué hacer.

La rabia burbujeaba en mi interior. Odiaba a Thain, odiaba su forma de manipularnos, pero no podía hacer nada. Solo asentí, evitando su mirada, sintiendo cómo me aplastaba con su presencia. ¿Era esta la vida que me esperaba? ¿Una existencia de sumisión y miseria? Las fantasías de huida me atormentaban, pero la dura realidad siempre estaba ahí, recordándome que no había salida.

Monté mi deslizador y partí hacia "La Frontera", un lugar que todos decían que era peligroso. Sin embargo, algo en mí ardía con la necesidad de ir más allá. Quería encontrar algo que no podía explicar, algo que me liberara de esta vida que se sentía como una prisión.

Después de horas de volar sobre las ruinas, algo apareció en mi campo de visión: una nave semienterrada en la arena. Era enorme, más grande que cualquier otra que hubiera visto. Mi corazón latía con fuerza mientras aterrizaba y me acercaba al casco partido. La atmósfera estaba cargada de una tensión que me hizo dudar. ¿Qué había dentro de esta reliquia de una guerra olvidada?

Al entrar, una sensación de desasosiego me invadió. Caminé entre los restos de los antiguos tripulantes, sintiendo que cada paso resonaba con ecos de sus historias perdidas. No había nada de valor aparente, pero entonces lo vi: un destello rojo en la oscuridad. Algo brillaba en un rincón de la sala principal. Me acerqué, sintiendo cómo la adrenalina corría por mis venas.

Lo que encontré no era solo chatarra. Era un sable de luz, un objeto que parecía vibrar con una energía propia. Cuando lo toqué, una corriente oscura recorrió mi brazo. ¿Qué era esto? Una sensación extraña se apoderó de mí, como si algo en mi interior estuviera despertando. Era el eco de un poder que no sabía que existía, susurrándome promesas de venganza y libertad.

Al empuñar el sable, la hoja roja chisporroteó a mi alrededor, y en ese instante, todo cambió. Ya no me sentía débil ni impotente. El sable me llenó de una energía que nunca había conocido. ¿Era posible que finalmente pudiera escapar de mi miserable existencia en Nokra-7?

Pero no era solo una arma lo que había encontrado. El sable, parecía tener su propia voluntad. Susurros oscuros comenzaron a rodearme, cada vez más intensos, y aunque no entendía completamente lo que estaba pasando, sabía que había sellado mi destino.

Mientras salía de la nave, la noche se había vuelto más oscura. En el horizonte, una tormenta de arena se acercaba, y el sable vibraba en mi mano, sintiendo su poder. ¿Me traería esto la liberación que tanto deseaba?

El legado de ThanatosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora