Epílogo

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Alexandria observó entre el público a su familia y esa debió ser la primera vez que sintió su corazón pararse por un segundo. Habían pasado dos años desde que Aspen Laighment Blackburn apareció en su vida como el capitán que amenazó con tirarla por la borda de su barco. Y durante todo ese tiempo, él la salvó de uno de los peores destinos: casarse con un hombre cruel.

Lo cierto es que Alexandria y Aspen habían hablado con sus padres aquella última vez que los vio en Londres. Sus padres obviamente estaban en desacuerdo de que Alexandria se fuera con Aspen sin una promesa de matrimonio, pero Alexandria les dijo que esa era una decisión que solo tomaría ella. Al igual que Aspen, quien les dijo que respetaría lo que ella quisiera.

Aspen nunca forzó las cosas sobre el tema del matrimonio y dejó que Alexandria fuera quien decidiera sobre el rumbo de su vida. Él le había prometido seguirla a todos lados y fue una promesa que cumplió feliz y sin problemas. Alexandria no podía creer que un hombre tan acostumbrado a la aventura y una vida en el mar, disfrutara de ir en ciudad en ciudad viéndola cantar en todo tipo de eventos.

Al principio, ella no tenía ni idea de si iba a funcionar; no creía ser lo suficientemente buena, hasta que Aspen estuvo ahí para recordarle que tenía talento y que él creía más en ella de lo que la misma Alexandria creía en sí misma.

—Eres increíblemente talentosa y si ellos no pueden verlo, entonces son unos idiotas —le había dicho.

Alexandria pudo haberlo besado en aquel entonces.

El tiempo pasó más rápido de lo que esperaban y aunque ella visitó a sus hermanos en Londres, era complicado hacerlo seguido por el trabajo. Aspen y ella viajaban todo el tiempo. Incluso también fuera del país, cuando tocaba viajar en mar. Se había vuelto uno de sus viajes favoritos. Aspen todavía tenía aventuras por dirigir en su barco y ella lo acompañaba contenta.

Aquella vez se encontraban cerca de Irlanda, en una fiesta que habían organizado para celebrar el amor de una pareja joven. Aspen estaba ahí entre el público, pero de momento no lo vio y solo pudo notar a sus padres en la entrada del lugar. Parecían mirar a todos lados de manera incómoda. Ella se quedó en el escenario paralizada por unos segundos sin saber que hacer hasta que localizó a Aspen del otro extremo sonriendo y dándole todo el apoyo que necesitaba. Entonces comenzó a cantar y dejar que la música fluyera.

No se permitió mirar mucho a sus padres, no deseaba sentir su desaprobación. Era claro que no querían saber nada de ella cada vez que iba a Londres. Solo veía a sus hermanos y ellos nunca estaban. Tampoco respondían a sus misivas. Lo único que sabía era lo que Clary le había admitido hace un tiempo:

—Creo que tratan de entender porqué quisiste una vida diferente, pero les cuesta mucho aceptar que tomaste otro rumbo.

Ahí también estaban sus hermanos y su hermana menor que ya había crecido lo suficiente para convertirse en una joven muy hermosa. Clary estaba sonriendo y cantando la canción, al igual que sus otros hermanos. Sus padres permanecían al margen observando con seriedad.

El público siguió de ánimos y Alexandria no pudo evitar pensar que resultaba un tanto irónico que sus padres justo aparecieran en una boda que no era suya. Cuando el show finalizó, Alexandria bajó del escenario sintiendo las miradas de ellos. En su mano pesaba el anillo de diamante que Aspen le había dado hace un mes.

—No es un anillo de compromiso —había advertido con una sonrisa —. Simplemente quería darte algo que pudiera recordarte lo mucho que te amo y lo vi el otro día así que pensé que te gustaría.

Parecía que realmente estaba esforzándose por no hacerla sentir incómoda, como si ella odiara la idea de un compromiso. Pero hasta aquel momento, ella tuvo que recordar y esforzarse por entender su odio hacia el matrimonio. Había pensado por mucho tiempo en las cadenas que eso representaba para una mujer. Aspen era un duque pero su familia no lo obligaba a casarse. En cambio, a ella si que la obligaron por mucho tiempo a cumplir con ese requisito.

El mar que nos atrapa | CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora