Mingyu
Entonces me he dado cuenta de que tengo que calmarme de una puta vez.
¿Qué Wonwoo?
El tipo que tomará mi polla entre sus labios y me dará las gracias por ello, ése es.
No. Jesucristo.
Tranquilo, Gyul.
Relájate un puto segundo, hombre.
Aunque es imposible convencerlo de ello cuando llevo más de veinticuatro horas en espiral.
Desde que vi esa escena atroz con Nayoung.
Mientras que él sólo tiene esa foto de ella en su IG, ella definitivamente hace alarde de él en todas las suyas.
Mi hombre x
Nene, me mantienes viva x
¿No es el hombre más guapo del mundo? x
Te quiero, sexy x
Blablablá.
Según sus publicaciones, llevan juntos unos dos años.
A la mierda con eso.
Mi hermana Minseo, la detective de redes sociales de la familia, me dijo que tenían una relación intermitente. Pensó que yo quería follarme a Nayoung, a lo que ella arrugó la nariz y me dijo que me mantuviera alejado porque estaba enamorada de ese tal Wonwoo y yo podía hacerlo mucho mejor.
Eso no me importaba. Un dato quedó en mi cabeza.
De forma intermitente durante dos años.
Interesante.
De todos modos, no me importa, porque me estoy relajando. En la piscina, flotando boca abajo. Viviendo mi mejor vida.
Puedo dormirme aquí. Muy dulce.
Aunque probablemente moriría, y eso no es precisamente conveniente.
Como quieras. Me quedaré aquí un rato más para relajarme. Necesito quedarme quieto por un maldito segundo y no entretenerme con pensamientos estúpidos como que tal vez debería salir a correr mañana por la mañana.
Hoy no lo he hecho, porque si volviera a ver a la guapa Nayoung, sentiría la tentación de estropearle los rasgos. Y nunca, y digo nunca, tengo pensamientos de violencia sobre las chicas en general.
Mamá me educó para respetar a las mujeres. Animarlas, no derribarlas.
Pero hay algo en esa Nayoung...
Una conmoción me saca de mis pacíficas contemplaciones llenas de sangre. Mucha sangre brotando de todos sus putos agujeros.
Salgo del agua con un suspiro y miro el reloj. Tres minutos y cincuenta y cinco segundos. No está mal.
Llevo tres años entrenando la respiración y cada vez paso más tiempo sin respirar.
Aparte de montar en bici con SeungCheol, éste es el único método que me ayuda a relajarme. Probablemente porque a esa hora estoy casi muerto.
También hay gente brutal, pero eso sólo me anima y no me hace bajar de la fase sangrienta.
Teniendo en cuenta la tendencia de mi cerebro a ponerse como un cometa en momentos desafortunados, tuve que encontrar un mecanismo de supervivencia para contrarrestar esa fase ruidosa.
Me elevo al borde de nuestra piscina cubierta, situada en la planta subterránea de la mansión. Normalmente, es difícil oír nada cuando estoy aquí, pero ahora algo es distinto.