Wonwoo
MINGYU
Tomaré la decisión por ti sobre BoHyuk. Considéralo resuelto.
Ese es el mensaje de texto que recibo después de otra maldita semana de silencio de Mingyu.
Después me folló contra el árbol y luego se fue. Sin dejarme besarlo. Hablarle. Nada.
Incluso me dio un ultimátum sin ser negociable con respecto a su propia hermana.
Puede que BoHyuk y yo tengamos nuestros problemas, pero él es mi hermano gemelo. La persona que mejor conozco. La persona a la que miro cada vez que me ahogo en un puto odio hacia mí mismo. Verlo ser desvergonzado y confiado me da la esperanza de poder estar bien. Si mi gemelo idéntico lo está, yo también podría estarlo.
Nadie más que BoHyuk y yo comprendemos la complejidad de nuestra relación. Ni siquiera mamá y papá están al tanto de eso.
Entonces, ¿cómo pudo Mingyu darme ese ultimátum?
¿Cómo podría sugerir que trataría con mi hermano y pensar que lo dejaría? ¿Cómo carajo podría siquiera hacerme elegir?
En la fiesta de cumpleaños de Miyeon, noté que él no era él mismo. Tenía una expresión vacía y sin fondo y, a veces, me miraba y yo no creía que me estuviera viendo.
Quería estar ahí para él, y lo he intentado innumerables veces. Él es quien me cerró la puerta en la cara.
No puedo evitar pensar que esto es una venganza por todas las veces que lo mantuve a distancia. El juego de tira y afloja se ha revertido y ahora estoy en el lado receptor.
Pero nunca he amenazado a su familia. Podría haber ocultado la aventura de BoHyuk y Miyeon, pero realmente pensé que explotaría y que haría más daño que bien hacérselo saber.
Y sí, puede que haya sido distante en ocasiones, pero estaba ahí cuando él quería que estuviera.
Él, por otro lado, ha dejado muy claro que ya no quiere tener nada que ver conmigo.
No se comunica. No viene al ático. Y está completamente de acuerdo con la perspectiva de perderme lastimando a mi hermano.
Olvídate de tener el corazón roto. Estoy jodidamente furioso ahora mismo.
Le envié un mensaje de texto a Miyeon sobre los planes de su hermano y ella me dio un código para acceder a la mansión de los Heathens.
Aquí estoy ahora después de conducir como un loco.
Sin embargo, cuando llego a la casa anexa donde Miyeon me dijo que la encontrara, tres guardias corpulentos me detienen. Dos de ellos tienen la constitución de rocas y me miran como si fuera una cucaracha.
Están parados a ambos lados de la puerta de metal, con los brazos cruzados frente a ellos, pero vislumbro sus armas enfundadas en sus cinturas.
El que da un paso adelante es un hombre rubio más joven que no parece mayor que yo, pero su expresión es solemne cuando ordena:
—Da un paso atrás.
—Estoy aquí para ver a Miyeon —digo con mi voz firme.
—Eso no será posible. Salga de la propiedad o lo acompañaremos fuera. La segunda opción no será agradable.
—No me moveré hasta que vea a Miyeon y a mi hermano.
Él da un paso adelante, pero yo sigo clavado en el lugar. No tengo ninguna duda de que me tirará al suelo a golpes, pero no me importa. En este punto, lo único que quiero es llevarme a mi hermano a casa sano y salvo.
