Capítulo 22

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Mingyu

La situación se convirtió en un espectáculo de mierda.

Ese día dos personas salieron de ese sótano en una puta ambulancia.

Uno de ellos era yo debido a ese hijo de puta de SeonWoo. Pero bueno, el karma es una putita que trabaja muy rápido, porque él también consiguió lo que se merecía.

Podría haber empeorado mi destino desde que empujé mi garganta contra su navaja. Pero no me arrepiento. Rechacé la idea misma de ser utilizado contra SeungCheol. Eso simplemente no va a suceder bajo mi puta supervisión.

De todos modos, eso fue hace más de una semana.

Ahora estoy bien, no necesité muchos puntos y en unas semanas podré lucir la nueva cicatriz como una insignia de honor. Sí, perra.

Mis hermanas y SeungCheol no están de acuerdo sobre cómo veo todo el incidente, pero a quién le importa. Estoy vivo.

Estoy bien.

O lo estaba. Hasta que descubrí un hecho trágico que había estado ciego para ver todo este tiempo.

Mi hermana pequeña Miyeon aparentemente es amiga de Wonwoo.

Amigos.

¿Por qué carajo sería amigo de mi hermana? A menos que tenga un motivo oculto y la esté usando para otro plan diabólico de su maldito hermano o de toda su jodida familia.

Ni siquiera me visitó en el hospital.

No es que me sienta dolido por eso o por pensar en ello a diario ni por nada igualmente loco.

Hemos terminado.

Sí claro. No has avanzado ni un maldito centímetro.

Juraría que escuché su voz mientras dormía e incluso lo vi sentado en la silla al lado de mi cama de hospital y lo sentí acariciando mi cabello. Pero claro, a menudo me he engañado cuando se trata de él.

A veces me lo imaginaba saliendo del ascensor del ático.

Otras veces me imaginaba que se acercaba a besarme en público.

Las pocas veces que caí en un sueño profundo, soñé con sus sonrisas sinceras, sus ruidos eróticos y su cabeza en mi muslo.

Él invadió cada momento de mi vigilia y sueño.

Cuanto más presionaba mi mente para olvidarlo, más persistentemente me perseguía. A menudo me encontraba en el ático sólo para poder olerlo o ver su sombra en la cocina arreglando Dios sabe qué.

Pero estaba bien. Jodidamente perfecto. Excepto por molestar a Cheol para que me diera problemas que resolver y estar en el club de lucha todos los días, todo lo demás iba increíble.

No me ocupo de las complicaciones, por lo que eliminar la complicación principal de mi vida fue la decisión más lógica que jamás haya tomado. Estaba orgulloso de mí mismo por tomar esa decisión. Por extraer el tumor que estaba creciendo dentro de mí. Ya no tenía que lidiar con su presencia gruñona, sus juegos de tira y afloja y sus estúpidas señales contradictorias.

Sólo estaba su molesto maldito fantasma que me seguía a todas partes y no me dejaba en paz, pero lo estaba manejando.

Estaba jodidamente bien.

Hasta que me envió ese maldito mensaje de texto.

Así, la fina capa de hielo que me había rodeado se derritió.

GOF - MeanieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora