Una historia de amor, lucha y superación donde dos almas, aparentemente opuestas, encuentran en el otro la fuerza que no sabían que necesitaban.
_____ Ryan García mejor conocido como "KingRy" es un boxeador importante ya que por su velocidad y agili...
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Narra Samy
La fiesta continuaba, ya eran la 1:00 AM la atmósfera parecía volverse más intensa a medida que avanzaba la noche.
Ryan continuaba con su racha en la mesa de apuestas, mientras yo permanecía a su lado, sintiéndome cómoda en su compañía. De repente, un grupo de cinco chicas se acercó, riéndose y susurrando entre ellas.
Chica 1: ¡Ryan! ¿Podrías tomarte una foto con nosotras?- pidió la más atrevida, sonriendo ampliamente mientras sacaba su teléfono.
Ryan, accedió con una sonrisa, poniéndose de pie para posar con ellas. Las chicas se colocaron alrededor de él, una de ellas incluso pasando su brazo por la cintura de Ryan.
Me quede observando desde la distancia, tratando de mantener una expresión neutral, aunque algo en mi interior comenzaba a removerse. No podía evitar sentir un nudo en el estómago mientras veía a las chicas tan cerca de Ryan.
Tras unos segundos, las chicas terminaron de tomarse las fotos, agradeciéndole a Ryan con sonrisas coquetas.
Sin embargo, una de ellas se quedó atrás, asegurándose de que ninguna de las demás la viera. Deslizó un pequeño papel en la mano de Ryan, acercándose para susurrarle algo antes de retirarse.
Chica 2: Llámame cuando quieras-, dijo con una sonrisa traviesa antes de alejarse, lanzando una última mirada hacia él.
Ryan, aunque mantuvo su expresión relajada, pareció un poco sorprendido por el gesto.
Lo observaba desde su posición, fingiendo desinterés, pero mis dedos apretaban el respaldo de la silla, intentando contener la sensación que crecía en mi pecho. Trate de actuar como si nada hubiera pasado, pero sabía que no podía engañarme a mi misma.
Ari, quien seguramente había estado observando toda la escena, no tardó en acercarse con una sonrisa burlona.
Ari: -¿Te molesta que le hayan dado su número?- preguntó con tono juguetón-. Porque parece que te está carcomiendo la envidia, Rivers- dijo riendo
Samy: -No, claro que no-, respondi rápidamente, sacudiendo la cabeza-. Me da igual lo que haga. Él puede hablar con quien quiera, no me interesa lo que haga-
Ama y Filis no tardaron en unirse a las bromas.
Ama: -Sí, claro, por eso estás apretando los dientes, ¿no?-
Filis: -Lo niegas, pero se te nota en la cara que te mueres de celos. Anda, admítelo-.
Resople, sintiéndome expuesta, y me gire para mirar a Ryan, quien ahora observaba el papelito en su mano. La rabia me invadió por completo, pero no quería darles la satisfacción de saber que estaban en lo cierto.
Samy: -No estoy celosa. No me gusta Ryan, ¿ok?-, replique, alzando la voz un poco más de lo necesario.
Osvaldo, que acababa de aparecer en la escena, sonrió y me dio un suave empujón en el hombro.