°--Capitulo 13--°

826 58 4
                                    

| Los Angeles, California|

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

| Los Angeles, California|

|5:30 PM|

Narrador Omnicente

Ryan: Lo siento...-, susurró, separándose lentamente del abrazo de Samy. Sus manos temblaban ligeramente mientras se pasaba una de ellas por el rostro, intentando borrar las huellas de las lágrimas.

Sus ojos apenas se atrevían a mirarla.

Ryan: Chingada madre... De verdad, perdón. No sé qué me pasa... apenas te acabo de conocer y ya hasta me viste llorar... qué pena, de verdad.-

Intentó mantener la mirada baja, tragándose el nudo que volvía a formarse en su garganta.

La vergüenza le quemaba las mejillas. Ryan había aprendido a mostrarse fuerte, a no dejar que nadie viera lo que sucedía dentro de él, pero aquí estaba, rompiéndose frente a una chica que había entrado en su vida hacía solo unos días.

Samy, con una calma que parecía haber nacido de una comprensión profunda, se quedó observándolo.

No había juicio en sus ojos, ni incomodidad. Se sentía completamente presente, como si sus palabras fueran lo único que importaba en ese momento.

Dio un pequeño paso hacia él, apenas cerrando la distancia entre ambos.

Samy: No te preocupes -dijo suavemente, alzando su mano para rozar ligeramente su brazo-. No tienes por qué sentirte mal. Puedes confiar en mí.-

La suavidad en su voz y el ligero contacto de su mano en su brazo hicieron que Ryan soltara un suspiro involuntario.

Había algo en la forma en que Samy lo decía, en la forma en que lo miraba, que le hacía pensar que quizás, solo quizás, era cierto.

Podía confiar en ella. Pero no sabía cómo manejarlo, no cuando había pasado tanto tiempo guardándose todo.

Ryan levantó la vista, finalmente, encontrándose con los ojos de Samy. Eran cálidos, pero también firmes, como si su oferta de apoyo no fuera solo una cortesía. Era real. No era algo que había experimentado mucho en su vida.

Ryan: Es raro, ¿no? -dijo, soltando una risa nerviosa-. No suelo ser así... no dejo que la gente vea esto de mí. Menos a alguien que apenas conozco.-

Samy inclinó ligeramente la cabeza, estudiando su rostro con una mezcla de ternura y curiosidad.

Había algo en él que la intrigaba, algo más allá de la fachada de chico fuerte que mostraba.

Su vulnerabilidad la hacía querer entenderlo más, estar cerca de él de una forma que no había sentido con otros.

Samy: A veces... no se trata de cuánto tiempo llevamos conociendo a alguien, sino de cómo nos hacen sentir en el poco tiempo que compartimos -respondió, su voz apenas un susurro, como si temiera romper el momento

Ringside Romance- Rivers GGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora