Metros, peleas y chaquetas.

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—Con él no, con él nunca.

—No te disculpes, me hace sentir peor.

—Oh por Dios, huele a pobre, literalmente huele a pobreza, a perfume barato, a escasos recursos.

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Cuando estás peleando tienes una ventana de un minuto para decidir si vas a responder o simplemente ser golpeado, Atsumu, acostumbrado a tener que tener esa reacción, después del primer golpe agarró otra bandeja y con fuerza le pegó de vuelta en la cara, haciendo que cayera a la mesa de espaldas, algunos profesores gritaron que los separaran, pero ninguno se esforzó por hacerlo.

—¿Ya te desahogaste?— Preguntó el teñido, luego se limpió la sangre que salía del corte en su nariz por el primer golpe y por ende también de sus fosas nasales.

—No estoy ni cerca.— Contestó, volvió a reforzar su agarre en la bandeja y luego se abalanzó hacia Atsumu, golpeándolo en las costillas con el objeto, el teñido se agachó un poco, quedándose sin aliento.

A Oikawa por otro lado le dio exactamente igual, con fuerza lo agarró del cabello y lo acercó para luego ahorcarlo con el brazo, Iwaizumi y Sakusa se miraron.

—No sabía que lo tendrías dentro de ti.— Se burló Atsumu, mientras la presión en su cuello solo aumentaba y sangre salía de su nariz sin parar.

—Como me encanta el instinto de supervivencia de mi hermano, eso, insulta a la persona que te está ahorcando, suena como una gran maldita idea.— Comentó Osamu, Suna asintió sacando su celular, los profesores hablaban entre ellos, aún sin intentar separarlos.

—¿No vas a ayudarlo?

—Él se metió en esto, se sacará solito.

—¿Sabes que me gusta antes que los putos hombres?, el dinero, el prestigio, tener una posición social y una puta familia.— Atsumu se agachó un poco y luego le pegó un codazo con fuerza en el estómago, haciendo que le soltara el cuello, luego le pegó otro bandejazo en la cara, un corte se le hizo en la mejilla, el castaño se intentó defender con la bandeja.— Y yo, antes de cualquier cosa, soy un Oikawa, y en mi familia no se es ni gay, ni bisexual, ni una mierda.

—Te hice el favor de tu vida.— De nuevo, mientras el teñido recuperaba el aliento Oikawa le pegó con fuerza en la cara de nuevo, su labio empezó a sangrar también.— ¡Basta en la cara se me va a ir un diente!

—¿¡Cual favor!?, ¡porque ahora mi padre no me habla, prácticamente me desheredaron!— Lo golpeó de nuevo, ahora en la espalda.

—Decirle a tu padre quien eres, y si no te acepta, ya está, no es tu culpa, si te quiere te aceptará.— Se levantó del piso y golpeó al castaño con fuerza en el brazo, Iwaizumi intentó aproximarse para sostener a alguno de los dos pero solo se llevó un bandejazo a la frente.

—¿Y lo dices por tu amplia experiencia en el tema?

—Si.— Los dos se detuvieron por fin, Atsumu se apoyó en la mesa para recuperar alientos, se limpió la sangre de la boca y de la nariz, Oikawa hizo lo mismo, se limpió la sangre del cachete y las manos.

—¿En ser aceptado o en tener un padre que te quiera?, porque si te soy honesto no me pareces un experto en ninguna de las dos materias.

—En tener una madre que me quiere y me acepta, es una lástima que no sabrás que es eso, nunca.

Oikawa volvió a agarrar la bandeja con fuerza dispuesto a pegarle en la cara una vez más, Sakusa le agarró los brazos antes de que pudiera, Iwaizumi hizo lo mismo con Atsumu.

Apartamento 512Donde viven las historias. Descúbrelo ahora