Apartamento 512

Feria, fiesta y celos.

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—Y tu, ¿estás saliendo con alguien?

—¿Beso de seis?

—¿Eso es todo lo que toma que dejes que te metan la lengua en la garganta?

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Atsumu gritó con fuerza apenas la montaña rusa pasó por otro giro que dejó a todos de cabeza unos segundos antes de volver a subir lentamente para aproximarse a la última caída, la más alta, Sakusa pensó que cuando Atsumu dijo que fueran a todas las montañas rusas y atracciones extremas primero era porque el teñido iba a saber soportarlas o porque estaba acostumbrado a ir este tipo de atracciones.

Otro grito que casi le reventó el tímpano mientras las manos de Atsumu se agarraban a su brazo como si se estuviera a punto de morir por la bajada le recordaron que no tenía razón.

—¡Ahora nos tenemos que subir a la torre de caída!

—¿Me puedes soltar el brazo?, me estás clavando tus garras.

—¡No tengo las uñas tan largas!— Se quejó, soltó un poco su agarre y le agarró la mano a Sakusa para luego ponerla en su pecho para que sintiera sus latidos.— Casi me da un infarto.

—¿No quieres que vayamos con el resto?, no sé qué haré cuando por fin te infartes o se te rompa una cuerda vocal.

—Me quiero seguir subiendo a todas las atracciones intensas.— Declaró, mientras hacían la fila.

—No pareces disfrutarlas mucho.

—Cuando se acaba el sentimiento de terror y de que me voy a morir las disfruto.

—¿La disfrutaste más en el giro cuando gritaste que nos íbamos a morir todos o en la última bajada cuando me agarraste el brazo y gritaste como si te persiguiera un asesino con una motosierra?

—Disfrute mas la que iba bajando en círculos.

—¿En la que me maree y casi vomito?

—Exactamente.— Los dos se rieron, pasando a la atracción, después de que bajara la barra de seguridad y la atracción empezará a subir lentamente Atsumu volvió a quejarse.— ¿Aún me puedo bajar?

—Es un poco tarde para eso.

—Vamos a caer.

—Ese es más o menos el punto de una atracción llamada "torre de caída."— La atracción se detuvo unos segundos, en la parte más alta.

—Me esta dando algo.— Volvió a llevar la mano de Sakusa a su pecho, sus latidos eran demasiado rápidos, como si el corazón se le fuera a salir de su lugar.

—Miya, vas a sobrevivir.— Pero el chico no se veía convencido, entonces hizo lo único que se le ocurrió, agarrarle la mano.

Atsumu no cuestionó, en especial porque justo ahí fue la caída libre, sus dedos se entrelazaron con los de Sakusa con fuerza mientras cerraba los ojos y gritaba.

—Bueno, eso no estuvo tan mal.— Exclamó, recuperando su aliento y abriendo los ojos, soltando un poco el agarre.

—¿Si sabes que aquí sube y vuelve a bajar varias veces?— Deseo no haber dicho nada porque Atsumu volvió a agarrarle la mano con más fuerza mientras lo miraba como si se fuera a desmayar en cualquier momento.

Habían algunos niños subidos en la atracción, ninguno gritó tan fuerte como Atsumu.

—¡Ahora nos tenemos que subir a la que es como una catapulta!