Apartamento 512

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—¡Fondo, fondo, fondo!

—¿Es mala idea?

—¿Celoso?

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—¿Ahora son amigos entonces?— Preguntó Osamu, terminando de comer, a Atsumu y a Sakusa aún les quedaba un poco menos de la mitad de la comida.

—Más o menos.— Contestó Atsumu con la boca llena, Sakusa soltó una risa.

—Si.

—¿Pueden comer más rápido? Tengo que llamar a cada persona que conozco para pedir una máscara para ponerme en lo de la casa del terror.— Pidió Osamu.

—¿Llevas sabiendo que ibas a hacer eso por semanas y lo dejaste todo para último momento?— Preguntó el teñido, su hermano lo miró mal.

—Si, suelo hacer eso. Por algo necesito las notas extra. ¿Vas a ir?— Atsumu asintió.

—Voy a mi apartamento, me cambio y luego vamos, ¿y tú, Omi?

—Yo me voy a mi casa.

—¿¡Porque!?

—¿Porque te importa?— Interrogó Osamu, recibiendo una patada por debajo de la mesa.

—Realmente no quiero ir a eso, no es mi ambiente, si mañana no hay clases prefiero ir desde hoy a mi casa a dormir y descansar.

—Claro.— Contestó Atsumu, Sakusa soltó una risa al ver sus mejillas llenas de comida como si fuera una ardilla.— Par de amargados ustedes.

—Yo solo quiero dormir.— Se quejó Sakusa.

—Yo solo quiero mi nota.— Se quejó Osamu.

—¿Ceja o nariz?— Preguntó Atsumu de pronto, Osamu suspiró.

—Si te haces un piercing papá te va a matar.

—Nadie está de acuerdo con mi felicidad.

—Come rápido.— Volvió a quejarse Osamu, chasqueando los dedos para apurar a su hermano, Atsumu se metió otra cucharada a la boca y el celular de Osamu empezó a vibrar, miró a la llamada que aparecía como "número privado" y luego contestó.— ¿Hola?

—¿Te gustan las películas de terror?— Pudo escuchar la voz que siempre reconocería como la de Suna del otro lado de la línea, Osamu tomó un largo respiro y se mordió un poco el interior de su labio inferior antes de sonreír.

—Si.— Contestó, bajo el celular un poco para cubrir el micrófono con su mano, luego señaló la puerta.— Fuera, los dos.

—¡Hey!— Se quejó Atsumu, que apenas acababa de comer, Osamu le pegó en la frente.

—Fuera. Si no se van ya los voy a poner a lavar platos.— Con esa amenaza, ahora si Atsumu y Sakusa se levantaron y salieron lo más rápido que pudieron, Osamu volvió a levantar el celular.— ¿Decías?

—Nada, me preguntaba cual era tu película de terror favorita.

—Mmm, scream probablemente.— Contestó con una sonrisa, Suna se quedó en silencio, la llamada se colgó y luego sintió un brazo ajeno rodeándolo por el cuello. El corazón se le saltó un latido cuando agarró con cuidado la mano de Suna, la cual reconoció por sus largos y delgados dedos, junto con los anillos que el le había regalado hace meses.— Casi me matas del susto, imbécil. ¿Cuando entraste?

—Hace unos minutos.— Apartó el brazo de Suna de su cuello para poder voltearse a verlo.

—¿Como no te sentí entrar?— Aprovechó la cercanía para levantar la máscara de Scream que estaba usando su pareja.— Lindo disfraz.