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—Los dejo solos cinco minutos, y ustedes empiezan a cantar.
—Fornicar.
—Volviendo al tema. ¿Que quieres, bro? Porque parece que ya no quieres nada con el.
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—Kenma, ábreme.— Kuroo golpeó la puerta con fuerza, Kenma la sostenía con su cuerpo.
—¿Estás solo?
—Me dijiste que era urgente, claro que estoy solo. ¿Estás bien? ¿Sato te hizo algo? ¿Porque me pediste que viniera a su apartamento?
—No sabía a quien más llamar.
—Abre la puerta.
—No sabía a quien más llamar.— Repitió y se quitó de la puerta del apartamento, luego abrió un poco lentamente.— ¿Tú me vas a ayudar, no? ¿Kuroo, te vas a quedar conmigo? Por favor... te necesito.
—¿De que estás hablando? ¿Porque tienes...?— Kuroo abrió la puerta lentamente y las palabras ya no salieron de su boca, la pregunta que iba a hacer era: "¿porque tienes las manos llenas de sangre?" Ahora le gustaría preguntar: "¿porque tienes la camisa, la cara y las manos llenas de sangre?" Pero de nuevo, las palabras no salieron.
—Yo no quería hacerlo, te juro que no quería, de verdad.
—Respira.— Puso su mano en el hombro del teñido, estaba temblando.— ¿Esta no es tu sangre, no?— Kenma negó con la cabeza.— Déjame pasar.
—No.
—¿Me llamaste para que estuviera en la puerta preocupado?
—No, yo... necesito ayuda.— Se quitó de la puerta y lo dejó pasar, lo primero que Kuroo vio fue la puerta, la manija estaba llena de sangre, luego vio las marcas de zapatos que llevaban de la puerta a la cocina, las siguió mientras Kenma se quedó en la puerta, temblando.
Y luego lo vio, a Sato, tirado en el piso con un cuchillo clavado en el estómago.— Cierra la puerta. Con llave.
—No tengo las llaves. Las tiene el.
—Entonces... uh.— Kuroo pensó un minuto y luego camino hasta el sillón, lo arrastró hasta la puerta y luego se quedó mirando a Kenma, que ya lo miraba confundido.— No pienso revisar los bolsillos de un cadaver.
—No está muerto.
—¿Le revisaste los signos vitales?
—¡No quiero tocar al muerto!
—¡Literalmente mataste al muerto!
—¡No me grites!
—¡Perdón!— Miró de nuevo a Sato y luego a Kenma.— Quítate la camisa y límpiate los brazos y... la cara. No, olvídalo.— Se quedó pensando un minuto.— No se, Kenma. De verdad no se que hacer.
—Yo tampoco sabía, por eso te llamé.
—¿Me veo como que se que hacer con un cuerpo?— Los dos volvieron a mirarse, como si se leyeran la mente.— Llama a Akaashi.
Mientras esperaban a Akaashi Kenma le pudo contar que pasó, más o menos.
Después de que Sato lo amenazo todo había tomado un giro para lo peor. Porque ya no eran una pareja real, era básicamente un rehén de la relación y ya que no había que guardar apariencias, Sato ya no decía disculpas deshonestas, tampoco se limitaba o era amable.
Por esos diez días, cada hora que estuvo con Sato en su apartamento se la había o pasado muy drogado para resistirse o muy lastimado para que realmente importara.

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Apartamento 512
FanfictionCuando su padre lo envió al internado de Tokio y lo sacó de su equipo de voleibol, Atsumu estaba seguro de que su vida habia terminado, o así era hasta que conoció a sus compañeros de cuarto; el ruidoso y extrovertido Oikawa Tooru, al cual ya conocí...