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La estrategia de Red Bull
Año: 2023El ambiente en la sala de reuniones de Red Bull estaba cargado de tensión. Horner caminaba de un lado a otro en su oficina mientras analizaba cada escenario posible. Afuera, el bullicio del paddock comenzaba a disminuir, pero dentro de esas paredes, la batalla apenas comenzaba. Era imperativo que Red Bull mantuviera su dominio en la Fórmula 1, y ahora todo dependía de una persona: Sophie Verstappen.
A pesar de las dudas que muchos tenían, Horner estaba decidido a poner toda su confianza en ella. Sophie había demostrado ser capaz, no solo por su apellido, sino por sus propios méritos. En las pruebas libres había sido tan rápida como Max, y algunos decían que incluso más calculadora en las estrategias. Sin embargo, lo que había sido una incógnita hasta ahora era cómo se desempeñaría bajo la presión extrema de las carreras reales.
La sala de estrategia, iluminada por las pantallas que proyectaban gráficos y datos en tiempo real, estaba llena de voces encontradas. Los ingenieros, los estrategas y el propio Horner estaban reunidos alrededor de una gran mesa. La tensión era palpable, con cada miembro del equipo consciente de lo que estaba en juego.
—Sabemos que Sophie puede manejar la presión —dijo Horner, cruzando los brazos y mirando a todos en la sala—. Lo hemos visto en las categorías inferiores, en nuestras simulaciones y ahora en las 3 prácticas libres. Ahora necesitamos asegurarnos de que la estrategia sea perfecta para que mantengamos el control del campeonato durante la ausencia de Max.
Adrian Newey, el legendario diseñador de coches de Red Bull, estaba absorto en los datos, analizando cada detalle con meticulosidad. Después de un momento de reflexión, levantó la vista y asintió lentamente.
—El coche está en perfectas condiciones. Si Sophie mantiene su enfoque y no se deja llevar por las emociones, tenemos una oportunidad sólida. Pero debemos ser estratégicos con los neumáticos y las paradas en boxes. Sophie es agresiva, pero necesita paciencia.
—Eso es más fácil decirlo que hacerlo —comentó uno de los estrategas, alzando la voz para expresar su preocupación—. Las demás escuderías lo saben. Saben que Sophie tiene menos experiencia en la F1 que Max. Ferrari, McLaren y Mercedes intentarán explotarlo. Debemos anticiparnos a cualquier intento de presión psicológica o maniobra arriesgada en pista.
Horner asintió, reconociendo el punto válido del estratega, pero su confianza en Sophie no titubeó.
—Lo sé, pero Sophie tiene algo que muchos pilotos no tienen. Sabe cómo lidiar con la presión familiar y con las expectativas de ser una Verstappen. Es su mayor fortaleza. Además —añadió con una sonrisa astuta—, le gusta demostrar que puede ser mejor que su hermano.
La mención a Max hizo que algunos en la sala soltaran una risa nerviosa. Sabían que no se trataba solo de mantener su ventaja en el campeonato, sino de mostrar al mundo que Red Bull podía ganar con cualquiera de los Verstappen al volante. Pero en el fondo, también sentían la enorme carga que Sophie estaba asumiendo.
En la tarde un día antes la clasificación, y Sophie caminaba por el paddock con una confianza que no delataba los nervios que sentía por dentro. Sus botas resonaban contra el asfalto mientras su traje de piloto impecable la hacía destacar entre las cámaras que intentaban capturar cada momento.
Había oído los rumores, las especulaciones y, sobre todo, las comparaciones con su hermano. Pero no iba a dejar que eso la afectara. Su objetivo era claro: demostrar que no estaba allí por ser una Verstappen, sino porque era una de las mejores pilotos del mundo.
Al entrar en la sala de estrategia, todos se detuvieron un momento para mirarla. Christian se levantó para recibirla, una sonrisa breve pero cálida en su rostro.
—Emma, estamos listos para esto. Sabes lo que está en juego.
Ella asintió, su mirada fija y decidida.
—No voy a fallar. Pero lo haré a mi manera. Si estamos aquí para ganar, lo haremos en mis términos.
Horner sonrió, satisfecho con la determinación de Sophie.
—Bien, entonces hablemos de la estrategia —dijo, señalando a los estrategas para que comenzaran con la presentación.
En las pantallas comenzaron a aparecer gráficos del circuito, proyecciones de desgaste de neumáticos y posibles escenarios de carrera. Cada dato era analizado con precisión.
—La clave será mantenernos fuera de conflictos en las primeras vueltas —indicó uno de los estrategas, marcando las zonas críticas del circuito en la pantalla—. Deja que los demás se enfrenten entre ellos. No necesitamos ganar cada carrera, solo asegurarnos de estar constantemente en el podio.
—También debemos estar atentos a las estrategias de Ferrari —interrumpió Newey—. Han estado jugando con el undercut últimamente. No podemos permitir que nos sorprendan.
Sophie escuchaba en silencio, memorizando cada detalle. Finalmente, tomó la palabra.
—Confío en mi equipo y en el coche. Pero hay algo que quiero dejar claro: no me subestimen. No importa lo que digan los demás, estoy aquí para demostrar de qué estoy hecha. Red Bull no va a perder ni un milímetro de terreno mientras yo esté al volante.
Sus palabras resonaron en la sala. Había una firmeza en su tono que no dejaba lugar a dudas.
Después de la reunión, Sophie se dirigió al garaje para un último chequeo del monoplaza. Los mecánicos trabajaban con rapidez y precisión, ajustando los detalles finales. Sophie se acercó a su ingeniero de pista, quien la recibió con una sonrisa.
—El coche está listo, Sophie. ¿Cómo te sientes?
—Lista —respondió sin dudar—. Siempre lo estoy.
Antes de retirarse, Sophie se permitió un momento para observar el monoplaza. Era más que una máquina; era su aliado, su herramienta para demostrar que pertenecía al máximo nivel del automovilismo. Pasó los dedos por el alerón delantero, como si le estuviera haciendo una promesa silenciosa.
El sol comenzaba a ocultarse, tiñendo el paddock con tonos dorados. Las cámaras seguían intentando capturar cualquier rastro de emoción en su rostro, pero Sophie solo tenía una cosa en mente: la pista.
—Mañana —murmuró para sí misma mientras se alejaba—. Es mi turno de brillar.
El equipo de Red Bull sabía que los próximos meses serían una verdadera prueba de fuego. Pero con Sophie al volante y una estrategia perfectamente diseñada, tenían la esperanza de que el dominio del equipo se mantendría intacto.
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Who's Afraid of Little Old Me? ▬▬ Checo Pérez
FanfictionPorque, al final del día, una joya no necesita permiso para brillar. Simplemente lo hace.