14:La foto

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Moon se levantó del sofá con los ojos vidriosos y la mente embotada por la culpa y el alcohol

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Moon se levantó del sofá con los ojos vidriosos y la mente embotada por la culpa y el alcohol. Aun sintiendo el peso del beso que le había dado a Eli, no pudo soportar quedarse ni un segundo más en su compañía. Su corazón palpitaba con fuerza, y sus pensamientos eran un caos.

—Lo siento... de verdad —fue lo único que pudo decir antes de darse la vuelta y prácticamente salir corriendo hacia la fiesta nuevamente.

El ambiente de la fiesta la golpeó como una ráfaga de viento frío. Luces estroboscópicas, risas fuertes, el sonido ensordecedor de la música. Moon corría a través del jardín, sin mirar realmente por dónde iba, chocándose de vez en cuando con alguien. Sentía su cabeza ligera, como si sus pensamientos flotaran lejos de ella. ¿Cómo había llegado todo a ese punto? Besar a Eli había sido un error, pero no podía dejar de pensar en lo que vendría después. La foto de Sam. La condenada foto. Esa imagen lo cambiaría todo, y ahora ni siquiera estaba segura de qué hacer.

Tan concentrada estaba en su propia mente que no se dio cuenta de que alguien se interponía en su camino hasta que chocó directamente contra un pecho firme. Moon tropezó hacia atrás, pero antes de caer, dos manos fuertes la detuvieron. Levantó la vista y vio a Robby, mirándola con una mezcla de curiosidad y preocupación.

—Hey, ¿todo bien? —preguntó Robby, sujetándola por los brazos para estabilizarla.

Moon lo miró, sus labios temblando, las palabras atorándosele en la garganta. Sabía que debería decir algo, pero el nudo en su estómago y la nube de alcohol en su mente le impedían formar una frase coherente.

—Yo... yo... —empezó, pero su lengua parecía de plomo. ¿Cómo le explicaba lo que acababa de hacer? No podía. No debía.

Robby la miraba con el ceño fruncido, claramente notando su estado.

—Moon, ¿qué te pasa? —preguntó suavemente, aunque su voz cargaba una seriedad inusual—. Pareces... bueno, bastante fuera de lugar. ¿Estás bien?

Moon, incapaz de sostener su mirada, bajó la vista, sintiendo que las lágrimas amenazaban con salir. Quería hablar, quería explicarse, pero el miedo a lo que había hecho y el alcohol le nublaban el juicio. Lo único que pudo hacer fue negar con la cabeza débilmente, como si eso bastara para explicar lo que sentía.

Robby suspiró, entendiendo al menos una cosa: Moon no estaba en condiciones de quedarse más tiempo en esa fiesta. Entre el ambiente caótico y su estado emocional y físico, lo mejor sería que se fuera antes de que algo peor ocurriera.

—Oye, escucha —dijo, en un tono más calmado—. Te voy a pedir un taxi.No puedes seguir así. Voy a buscar mi celular y te saco de aquí.

Moon asintió débilmente, sin atreverse a mirarlo directamente a los ojos. Robby la soltó suavemente y empezó a caminar hacia el interior de la casa, donde había dejado su chaqueta con el celular.

ÉlITE  [Cobra kai]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora