21:Lectura del tarot

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Tory estaba sentada en el amplio sofá de cuero, rodeada del lujo de la casa de Robby

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Tory estaba sentada en el amplio sofá de cuero, rodeada del lujo de la casa de Robby. Observaba los cuadros colgados en las paredes, todos elegidos con ese gusto sofisticado y elegante que caracterizaba a Angela. Aún podía oír el sonido del agua de la ducha en el segundo piso, donde Robby se estaba bañando.

La puerta de entrada se abrió, sacándola de sus pensamientos. Alzó la mirada justo a tiempo para ver a Angela, que entraba con la misma elegancia que siempre. Llevaba un vestido azul oscuro y su característico cabello perfectamente peinado.

—¡Tory! —exclamó Angela, iluminándose al verla y extendiendo los brazos.

Tory se levantó con una sonrisa. Nunca había tenido una figura materna con la que realmente se sintiera a gusto, pero Angela la hacía sentir segura y bien recibida.

—Angela, ¡que sorpresa! —dijo Tory, devolviendo el abrazo con sinceridad—. Pensé que estarías fuera unos días más.

Angela sonrió y se acomodó en el sofá junto a Tory, dándole unas palmaditas en la mano.

—Oh querida, uno nunca puede alejarse demasiado tiempo de esta familia, ya sabes cómo es mi hijo. Además, necesitaba descansar después de tanto ajetreo. Pero dime, ¿cómo estás? ¿Cómo te va con todo... lo del compromiso?

La rubia sonrió, pero la sonrisa se sintió un poco rígida. No era fácil disimular ante la mirada penetrante de Angela. La mujer la observó en silencio unos segundos y luego soltó una pequeña risa, como si acabara de leer la situación como un libro abierto.

—A ver.... —dijo Angela, con tono de quien está a punto de revelar algo importante—. Vamos a ser sinceras, ¿sí? He vivido lo suficiente para ver muchas cosas. Y te diré algo, querida... ¿ese matrimonio te hace feliz?

Tory parpadeó, sorprendida por la franqueza. Apretó los labios, sin saber si debía responder.

—¿Yo...? Claro que sí, Angela. Quiero decir, el acuerdo es importante para mi familia y... Miguel es...

Angela le sostuvo la mirada con una sonrisa comprensiva, que decía "no me mientas".

—Ah, querida, podrías ser mejor actriz, ¿sabes? —rió Angela suavemente, con picardía en la mirada—. Te conozco demasiado bien, Tory. No me engañas.

Tory tragó saliva y decidió rendirse.

—Es solo que... —comenzó a decir, mirándola de reojo—. Bueno, no es fácil. Hay veces que... siento que la vida me tiene planeado todo, y no siempre es lo que yo quiero.

Angela asintió lentamente y se acomodó en el sofá para mirarla más de frente.

—Claro, claro. ¿Y tú crees qué  la vida también te ordena sentir cosas por Miguel? —preguntó Angela, arqueando una ceja.

Tory abrió la boca para responder, pero no supo qué decir.

Angela sonrió y prosiguió, hablando con un ritmo casi hipnótico.

ÉlITE  [Cobra kai]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora