23:En apuros

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El sol ya estaba alto cuando Tory volvió a abrir los ojos, su cuerpo aún envuelto en las sábanas de seda que apenas cubrían la evidencia de la noche pasada. A su lado, Eli seguía despierto, recostado contra los almohadones, con esa sonrisa traviesa que parecía permanente en su rostro.

—¿Dormiste bien, princesa? —murmuró él, inclinándose para besarla suavemente en el cuello, exactamente donde había dejado su marca más notoria.

Tory soltó una pequeña risa, cerrando los ojos mientras disfrutaba del momento. —Dormí mejor que bien. Aunque, considerando todo, no sé si debería estar agradecida o exhausta.

Eli la miró con una ceja levantada, su sonrisa ampliándose. —¿Por qué no las dos cosas? Soy un hombre multifuncional.

Ella rodó los ojos, pero no pudo evitar sonreír. —Bueno, multifuncional, si no te vas ahora, vas a tener que enfrentarte a Miguel. Y no quiero imaginar el espectáculo que eso sería.

—¿Qué tiene de malo que se entere? —respondió él, inclinándose para besarla de nuevo—. Podría ser divertido verlo enfurecerse mientras vos y yo seguimos haciendo... esto.

Tory suspiró, aunque con una risa contenida. —Eli, no necesito que hagas las cosas más complicadas de lo que ya son.

Él finalmente cedió, aunque no sin dejar un último beso en su clavícula antes de levantarse de la cama. Se movió con una confianza despreocupada, recogiendo su ropa esparcida por la habitación. Tory lo miró desde la cama, sintiendo una mezcla de satisfacción y algo que no quería nombrar.

—Deberías buscar una salida discreta. Mi ventana sigue siendo tu mejor opción. —Tory lo señaló mientras comenzaba a levantarse también, envolviéndose en una bata de seda.

Eli miró la ventana con una sonrisa sarcástica. —¿Así es como me despedís? Que cruel. Aunque debo admitir que la salida de emergencia tiene su encanto. —Se vistió rápidamente y se acercó a ella, sosteniéndola por la cintura—. ¿Segura qué querés qué me vaya?

Tory fingió pensar por un momento antes de apartarlo juguetonamente. —Seguro. Y si te agarran, decí que sos parte del equipo de jardineros o algo así.

Eli rio entre dientes y le dio un beso rápido en los labios. —Como digas, princesa. Pero recordá que esta fue tu idea. —Con un último guiño, se dirigió hacia la ventana, abriéndola y deslizándose con agilidad hacia el exterior.

Tory lo observó desde la ventana mientras desaparecía entre los arbustos, una sonrisa apenas visible en su rostro. Cerró la ventana y luego se giró hacia el espejo. El reflejo le devolvió una imagen que definitivamente no podía bajar a desayunar sin algunas modificaciones.

Se sentó frente al tocador y comenzó a desmaquillarse con movimientos rápidos pero precisos. Mientras eliminaba los restos de rímel y lápiz labial, notó los pequeños rastros que Eli había dejado en su cuello y clavícula. Chasqueó la lengua, frustrada, pero sonriendo al mismo tiempo.

ÉlITE  [Cobra kai]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora