Tú y yo// Fanfic Tn y Ruslana

Capítulo 26

El futuro.

El por venir.

Es una sensación bastante contradictoria. Es miedo al querer mucho y obtener poco. A esto se le llama expectativas.

Tener expectativas en la vida es un mal estar constante, es engañarte a tí misma, pensar que vas a estar en lo más alto de la cima y de repente viene un choque de realidad, y bajas a toda velocidad,como en una caída libre, es una sensación horrible, pero tu cuerpo crea estas ilusiones como defensa y no tiene ningún remedio.

Eso fue lo que sentiste al pisar Santorini, un lugar completamente nuevo para tí, con una nueva vida, un nuevo trabajo, nuevas amistades...

Todo esto sin la persona que más querías en tu vida ahora mismo, la única persona que sabía calmarte cuando los truenos sonaban en las noches de oscuridad y pesadillas.

Ruslana. ¿Que habrá hecho ella en todo este tiempo? Han pasado dos años, veamos que tal ha ido todo por España.

—Marta ¿cómo va a ser posible que hayamos hecho sold out en tres horas? Estamos hablando del puto Bernabéu, es imposible, míralo de nuevo por favor.— Colgó el teléfono histérica, hace seis meses, después de la ruptura con Tn, sacó una fecha única, el Bernabéu. Es cierto que tenía muy poca experiencia en la industria, pero la chica había saltado a la fama muy rápido, debido al éxito de su álbum Génesis.

Al igual que le fue bien en la música, también le fue bien en el amor, aunque al principio le costó mucho separarse de la que creía ser el amor de su vida, encontró a otra persona, Nerea, trabajaba para su padre, el cual estaba bastante contento con su nueva nuera.

— ¿Martin? ¿Qué haces aquí?— Tres días después del anuncio del sold out del estadio, la pelirroja hizo una fiesta en un reservado para celebrarlo.

— No me lo iba a perder por nada del mundo, además tenemos unas mini vacaciones de dos semanas, una semana en Madrid, otra semana en Getxo.— Dijo el vasco emocionado. Pero cambió la cara cuando vió el rostro preocupado de su amiga.— Piensas en...?— Asintió.— No, no ha venido, se fue a Granada con su familia.

— ¿Te ha hablado de mí?— Preguntó Ruslana, sabía la respuesta.

— Sabes que no te puedo decir nada, es mi amiga, al igual que no le voy a decir nada de ti.

Comprendió y cansada de la situación abrazó a su amigo.

— Voy a por una cerveza, no puedo seguir así. ¿Quieres una?— El bigotudo la siguió.

Para tí en cambio, no fue todo de color rosa, viajemos un poco en el tiempo.

— Mi niña ¿que tal estás?— Te abrazó fuerte tu madre, te quedaste un buen rato aspirando su olor, sintiendo su tacto, el amor de una madre siempre será superior a todos.

— Estoy bien mamá.— Tú padre se acercó para unirse al abrazo. Mi hogar. Así se sentía estar en casa con la familia.

— Os he echado mucho de menos.— Limpiaste alguna que otra lágrima rebelde que caía por tu mejilla.

— Y nosotros a ti. Siéntate, la mesa está puesta.— Cogieron tus maletas y la llevaron a tu cuarto. Podías hacerlo sola, se lo habías dicho mil veces, pero no había quienes le llevaran la contraria.

— ¿Qué hay de cenar?.— Preguntaste con ilusión, desde luego que la comida de Granada era otro nivel.

— Tu comida favorita, sopa, te vendrá bien algo calentito después del viaje.