Durante los seis años que Anne Tyrell pasó en Highgarden, su vida había cambiado de maneras inesperadas. Al principio, la melancolía de estar lejos de la corte le había pesado, pero con el tiempo, empezó a encontrar consuelo en la rutina diaria y en el esplendor de las tierras que la rodeaban.
Las largas tardes se convirtieron en un ritual: cada día, se hacía traer su corcel, una yegua de pelaje castaño que había sido un regalo de su hermano Edric. Con el tiempo, el animal se había convertido en su fiel compañera, y juntos exploraban los vastos campos de los Tyrell. Al principio, su cabalgata era un simple pasatiempo, una forma de escapar de la soledad que la invadía en su nuevo hogar, pero pronto se transformó en una exploración apasionada de las tierras que le pertenecían.
Anne comenzó a conocer los senderos y vericuetos que rodeaban Highgarden. Se detuvo a hablar con los campesinos que trabajaban en las pequeñas granjas, aprendiendo sus nombres y sus historias. Se interesaba por su labor diaria, preguntando qué cultivaban y cómo lo hacían. Observaba cómo el heno se cortaba y se guardaba en henares, y cómo el trigo, la cebada y el centeno se erguían en los campos, creciendo en peso y altura bajo el sol del Reach.
—¿Qué cultivan esta temporada?—preguntaba, a menudo deteniéndose en medio de la senda para escuchar con atención las explicaciones de los labradores.
Ellos, al principio sorprendidos por el interés de la joven dama, comenzaron a abrirse y compartir con ella los secretos de sus cultivos. Anne aprendió a reconocer el momento en que el heno estaba listo para ser cosechado y cómo distinguir las diferentes variedades de granos. El crecimiento de los terneros, alimentados por la leche de sus madres, la hacía sonreír, y las pequeñas festividades que los campesinos organizaban para celebrar la cosecha la llenaban de alegría. Era un tiempo de ocio, un breve respiro del duro trabajo anual, y las risas y bailes en el prado del pueblo se convirtieron en un bálsamo para su alma.
Pero su aprendizaje no se limitaba a las labores del campo. Edric, su hermano, había asumido un papel activo en el gobierno de Highgarden y la supervisión de las tierras. Anne se convirtió en su sombra, observando cómo lidiaba con las quejas de los arrendatarios y cómo resolvía disputas sobre las tierras. Edric era un líder natural, y su forma de tratar a los campesinos le enseñó a Anne el valor de la empatía y la justicia. Ella comenzaba a entender que, aunque el poder que se ejercía desde la corte era vital, el verdadero liderazgo se manifestaba en la atención a las necesidades del pueblo.
Empezó a asistir a las reuniones que Edric celebraba con los arrendatarios, aprendiendo sobre los cultivos, los ciclos de la tierra y las preocupaciones de aquellos que vivían en sus tierras. Durante esos encuentros, ella participaba, haciendo preguntas y sugiriendo soluciones. Con cada conversación, su confianza crecía, y pronto se dio cuenta de que podía ser una voz influyente, incluso a la distancia de la corte.
Edric, consciente del tiempo que su hermana había pasado alejada de la vida cortesana, se esforzaba por alegrar su estancia en Highgarden. Organizaba fiestas en el gran salón, invitando a primos y primas para compartir bailes y música. Las noches se llenaban de risas y canciones, y Anne se deleitaba en la compañía de su familia. Había algo especial en esas celebraciones: el aroma de los manjares que se servían, las luces parpadeantes de las antorchas, y la música vibrante que resonaba en las paredes de piedra.
Una noche, mientras los músicos tocaban una melodía alegre, Edric se acercó a Anne con una sonrisa.
—Esta fiesta es para ti, querida hermana—anunció, gesticulando hacia los invitados—Quiero que sientas que siempre tendrás un lugar en Highgarden.
Anne se sintió conmovida. A pesar de la distancia de la corte y de las intrigas que la rodeaban, en ese momento comprendió que su hogar era allí, rodeada de aquellos que la amaban. Y aunque la vida en la corte era un mundo de luces y sombras, aquí en Highgarden, había encontrado la calidez de la familia y la conexión con la tierra.
Mientras las celebraciones continuaban, Anne observó cómo los jóvenes se unían en danzas, riendo y disfrutando de la música. En su corazón, sentía una mezcla de nostalgia y gratitud. Aquella vida, tan alejada de los palacios y las intrigas, había cultivado en ella un sentido de propósito. Las risas de sus primos y primas resonaban en sus oídos, y se sintió parte de algo más grande.
Un día, mientras caminaba por los jardines, se encontró con uno de los campesinos que había estado ayudando a cultivar alfalfa. Él la saludó con una sonrisa y le contó sobre el progreso de su cultivo. Anne, emocionada, se ofreció a ir a ver cómo estaban creciendo las plantas. El hombre, sorprendido pero agradecido, la llevó a su campo, donde los tiernos brotes se alzaban al sol.
—Gracias, mi señora—dijo, su rostro iluminado por la satisfacción.
Esa tarde, al regresar al castillo, Anne sintió que había logrado algo significativo. La vida en Highgarden, aunque inicialmente le había parecido un castigo, se había convertido en un tiempo de crecimiento personal y conexión con su hogar. Mientras miraba el atardecer tiñendo el cielo de tonos dorados, comprendió que, aunque estaba lejos de la corte y de las intrigas que allí se libraban, su vida en Highgarden le estaba enseñando lecciones valiosas.
La promesa de un futuro en el que pudiera combinar su amor por la tierra con su deseo de ser una buena señora la llenó de esperanza. Quizás, algún día, regresaría a la corte, pero ahora sabía que podía ser un faro de luz y cambio, incluso en su hogar. Así, mientras cabalgaba por los campos de Highgarden, Anne se dio cuenta de que había encontrado su lugar en el mundo, un espacio donde la justicia y la empatía florecían tan bien como los cultivos en la tierra que amaba.
![](https://img.wattpad.com/cover/376072945-288-k379615.jpg)
ESTÁS LEYENDO
La Conspiración de las Rosas [Gwayne Hightower X OC] [House Of The Dragon]
FanfictionAnne Tyrell es la joven hija de Gerald Tyrell, quien ambiciona casarla con Gwayne Hightower, hermano de la reina Alicent. A pesar de su belleza, Anne lucha por captar la atención de Gwayne, mientras su padre intenta manipular las intrigas cortesanas...