Capítulo 12

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En la sala del consejo privado, las antorchas parpadeaban mientras la tarde avanzaba lentamente hacia la noche. La reunión había concluido, y los señores que conformaban el consejo habían abandonado la sala, dejando solo a Tyland Lannister, quien recogía meticulosamente sus papeles, y a la reina Alicent, que aún permanecía sentada en su lugar, observando en silencio.
Alicent, siempre atenta a los detalles de la corte, no había pasado por alto la cercanía entre Gwayne y Anne Tyrell, ni los movimientos políticos que rodeaban a ambas casas. Sabía que Tyland, como cuñado de Anne y aliado de los Tyrell, podría ofrecerle información valiosa. Con la discreción que la caracterizaba, se incorporó ligeramente en su asiento y cruzó las manos sobre la mesa.
—Lord Tyland— comenzó, con una voz suave pero inquisitiva—me pregunto si podría hablar contigo por un momento.
Tyland, consciente de la autoridad de la reina y siempre dispuesto a complacer a la corte, inclinó la cabeza en señal de respeto.
—Por supuesto, Su Majestad. Estoy a su disposición.
Alicent lo observó por un momento antes de continuar.
—He notado cierta… cercanía entre mi hermano Gwayne y Lady Anne. Sé que tú, siendo su cuñado, estarás bien informado sobre ella. Cuéntame, ¿qué opinas de la joven Lady Anne? ¿Es una dama adecuada para mi hermano?
Tyland, siempre cuidadoso con sus palabras, eligió con precisión lo que iba a decir, aprovechando la oportunidad para alzar la imagen de Anne ante la Reina.
—Lady Anne es una joven admirable, Su Majestad. Tiene un carácter dulce. Es leal a su familia. Y...creo que tiene sentimientos sinceros por Ser Gwayne.
Alicent asintió lentamente, reflexionando sobre las palabras de Tyland.
—¿Sinceros, dices? Entonces, ¿Su padre no tiene nada que ver en el hecho que ella se le acerque?
Tyland se tensó ligeramente, pero enseguida se recompuso con una sonrisa en el rostro que mostraba confianza y seguridad.
—No voy a negar que mi suegro estaría encantando con una posible unión entre Anne y Gwayne —admitió—sin embargo, es bastante claro para todos que ahí hay algo más que simples maniobras políticas.
Tyland miró a Alicent de manera cómplice y ella comprendió que él tenía razón. La Reina asintió, agradecida por la honestidad de Tyland.
—Agradezco tu sinceridad, Tyland. La corte es un lugar donde los corazones se ven atrapados entre las ambiciones, y quiero lo mejor para mi hermano, como todos lo haríamos por nuestra familia.

Alicent ofreció una pequeña sonrisa antes de retirarse, su mente ya maquinando el siguiente movimiento. Tyland observó cómo la reina se marchaba, sintiendo el peso de las intrigas que se avecinaban. Sabía que el camino que seguían Anne y Gwayne no sería fácil, pero en la corte, pocos caminos lo eran.
La Reina abandonó la sala del consejo privado. Caminaba con paso decidido por los pasillos de la Fortaleza Roja, la tenue luz de las antorchas proyectando sombras en las paredes de piedra. A su lado, como siempre, estaba Ser Criston Cole, su leal protector. La reina había aprendido a confiar en su juicio a lo largo de los años. Ser Criston no solo era un guerrero formidable, sino también alguien cuyas opiniones ella valoraba.
Mientras se acercaban a su recámara, Alicent decidió romper el silencio, sabiendo que necesitaba un consejo honesto, pero sobretodo imparcial, algo que solo Ser Criston podría darle.
—Ser Criston—comenzó Alicent mientras caminaba, su voz tranquila pero cargada de preocupación—hay algo que necesito discutir contigo, algo que requiere de tu honestidad y perspectiva.
Ser Criston la miró con la seriedad que siempre lo caracterizaba.
—Mi reina, siempre estaré a su servicio. Dígame qué le preocupa.
Alicent se tomó un momento antes de hablar, como si estuviera ordenando sus pensamientos.
—Mi hermano Gwayne... Está atrapado entre dos posibles matrimonios. Floris Baratheon, una alianza que mi padre favorece, y Anne Tyrell, una joven que parece haber capturado el corazón de mi hermano, aunque él lucha por admitirlo. No sé cuál camino será el mejor para él, y temo que cualquier decisión podría traer más complicaciones de las que podría resolver.
Ser Criston asintió lentamente, comprendiendo la encrucijada en la que se encontraba la reina.
—Ambas opciones tienen sus méritos, Su Majestad. Floris Baratheon es una elección segura, políticamente ventajosa. Sin embargo, el corazón de un hombre, especialmente de alguien como Gwayne, no siempre sigue la lógica.—dijo con una leve sonrisa, conociendo el carácter del hermano de la Reina.
Alicent lo miró, buscando más claridad.
—¿Crees que Anne Tyrell es lo que Gwayne realmente desea? ¿O simplemente está siendo influenciado por sus sentimientos momentáneos?
Ser Criston tomó aire, considerando sus palabras antes de responder.
—He observado a Lady Anne en varias ocasiones. Es una joven con un espíritu amable, pero no está exenta de la presión que su familia ejerce sobre ella. Sin embargo, cuando Gwayne está cerca de ella, hay algo en su mirada, un deseo de protegerla, de estar cerca de ella que no he visto cuando está con Lady Floris.
Alicent sonrió débilmente.
—No sabía que eras atento a esas cosas. Tal vez te sugiera al consejo para ser el Maestro de Susurros.
Cole se rió.
—Gracias, mi reina. Pero prefiero seguir siendo simplemente un guardia real.
Alicent bajó la mirada, volviendo a concentrarse en Gwayne. Sus pensamientos más enredados que antes.
—Entonces, ¿crees que debería dejar que Gwayne siga su corazón, aun cuando eso signifique ir en contra de los deseos de mi padre?
Criston se encogió de hombros.
—No me atrevo a decir que es lo que debería hacer Ser Gwayne. Pero...—se detuvo repentinamente.
Alicent lo miró. Llegaron a la puerta de su habitación y la Reina se acercó a Cole.
—¿Pero?
—Gwayne es un hombre de honor, Su Majestad. Si su corazón lo guía hacia Lady Anne...por algo será, ¿No?
Alicent asintió, comprendiendo las palabras de Ser Criston, pero sabiendo que la decisión final no sería sencilla.
—Gracias, Criston. Tu consejo me es invaluable.
Ser Criston inclinó la cabeza, mostrando una vez más su lealtad.
—Siempre a su servicio, mi reina.

Alicent entró a su habitación y se sentó en un sillón cerca de la estufa. Necesitaba conocer mejor a las mujeres que se disputaban a su hermano, y ya se le había ocurrido una idea.

La Conspiración de las Rosas [Gwayne Hightower X OC] [House Of The Dragon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora