Edward se separa de Bella luego del incidente de su fiesta de cumpleaños. Alejándose de ella busca refugio en la casa Denali donde conoce a la que sería su compañera de vida.
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Kate se movía con agilidad por su habitación, el aire lleno de un leve aroma a perfume y la luz suave iluminando la escena. Mientras colgaba la ropa, sus manos se movían con gracia, cada prenda era cuidadosamente seleccionada y mostrada a sus amigas. Se detuvo un momento, admirando una blusa de seda de un azul profundo que reflejaba la luz, antes de colgarla en un elegante colgador de madera.
— Fuimos a Milán, para la temporada. No hubo muchas cosas que me gustasen, — comentó, su voz melodiosa y relajada mientras sacaba una falda con un estampado vibrante. La tela suave deslizándose por sus dedos. Kate la sostuvo contra su cintura, girando ligeramente para mostrarla a Alice y Rosalie, quienes la miraban con interés.
— Nos la perdimos. Tuvimos muchos problemas en forks este último tiempo.
se quejó Rosalie, con un tono de voz que mostraba su frustración. Kate se detuvo un momento, sintiendo una punzada de empatía al escuchar la queja de su amiga.
— ¿Algo grave? — preguntó, su tono suave pero lleno de preocupación, al mismo tiempo que colgaba una chaqueta de cuero negra que había traído de su viaje. ambas Cullen negaron — me alegro.
— ¿Le pasó algo a Edward?
Alice y Rosalie dirigieron su atención hacia la ventana, donde Tanya observaba a Edward, Emmett y Jasper alejándose hacia el bosque posiblemente yendo a Cazar
— Nada en realidad — Respondió Alice
— Lo veo decaído.— Dijo Tanya, con un leve susurro, mientras su mirada se perdía en la distancia. Había una pizca de tristeza en su expresión.
— Es Edward, siempre está decaído
Dijo Rosalie sin interés. Alice asintió a la respuesta de Rosalie. Ninguna quería contar la historia de Edward, más cuando ellos habían revelado lo que eran a una humana.
— Por cierto, la chica nueva. — comentó Rosalie — ¿Lleva mucho tiempo con ustedes?
— Carmen la encontró en el bosque hace unos cuantos meses, — respondió Tanya, despegándose de la ventana. Su tono reflejaba tanto preocupación como cariño. — Ha estado cambiando su alimentación desde que aceptó quedarse con nosotros.
— Se ve una chica simpática, — dijo Alice con una sonrisa, imaginando el potencial que tenía Margo para integrarse en su familia.
De repente, Margo apareció sentada a su lado, como si nada, lo que sorprendió a Alice.
— ¡Me agradas! — exclamó Margo, con una sonrisa brillante en su rostro.
Rosalie, igualmente sorprendida, giró la cabeza hacia la nueva chica.
— Margo, — dijo Kate, mirándola con seriedad. — ¿Qué dijimos sobre espiar a los demás?
— No estaba espiando, — replicó Margo, levantando las manos en un gesto de inocencia. — Tanya dejó la ventana abierta.
