Capitulo 13

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Tanya seguía mirando por la ventana, incapaz de apartar la vista de la lluvia que caía sobre la nieve

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Tanya seguía mirando por la ventana, incapaz de apartar la vista de la lluvia que caía sobre la nieve. Los nervios la traicionaban, y su mente no dejaba de dar vueltas a la misma idea. Se mordía una uña, algo que rara vez hacía, pero el remordimiento la consumía.

Kate, quien estaba cómodamente sentada en el sofá con una revista en las manos, apenas la miró de reojo antes de volver a su lectura.

— Tienes que calmarte, — dijo, pasando la página con tranquilidad, sin la más mínima muestra de preocupación.

— ¿Y si no vuelve? — replicó Tanya, ignorando el tono despreocupado de su hermana.

— Es Margo, Tanya, la conoces, — respondió Kate con una ligera sonrisa. — No es como si se fuera a marchar para siempre solo por una discusión.

— La lastimé, — admitió Tanya, soltando un suspiro frustrado. Sus ojos seguían fijos en la tormenta afuera, pero su mente estaba atrapada en la culpa que sentía por lo que había dicho.

Kate dejó su revista a un lado, levantando la vista para mirarla con más seriedad.

— Sí, tal vez lo hiciste. Pero, ¿sabes qué? Eso no significa que no puedas arreglarlo. Margo es más fuerte de lo que crees, y probablemente más comprensiva también. Dale tiempo.

— Pero... — Tanya iba a responder, pero su voz se apagó cuando vio dos figuras emergiendo del bosque. Sus ojos se agrandaron, y en un susurro dijo—. Viene.

Kate, al escuchar la emoción y sorpresa en la voz de su hermana, dejó caer la revista y se colocó rápidamente al lado de Tanya. Ambas miraron a través de la ventana, viendo a Margo y Edward regresar juntos. Margo parecía estar de excelente humor, saltando ligeramente al caminar, su cabello mojado por la lluvia, y Edward la observaba con una sonrisa genuina, sin soltar su mano.

Kate no pudo evitar soltar una risa suave.

— No escuchó a Eleazar y fue por ella, — comentó, con una mezcla de admiración y diversión en su tono. Tanya solo observaba en silencio, luchando con sus propios sentimientos al ver la conexión que parecía haber entre Margo y Edward.

— Al menos está bien, — murmuró finalmente Tanya, más para sí misma, aunque la incertidumbre aún revoloteaba en su mente.

— Tienes que hablar con ella, — dijo Kate en un tono firme, mirando a su hermana. Tanya le devolvió la mirada y asintió, sabiendo que Kate tenía razón.

Mientras tanto, Margo soltaba una risa suave, mirando a Edward.

— No creo que debas reírte de mí, — dijo Edward con una sonrisa divertida.

— Aún no puedo creer que pensaras que me iba a escapar solo porque supe lo de Bella. ¿Tan dramática me crees? — se burló Margo, riendo con más fuerza.

Edward negó con la cabeza, sonriendo. Pero el ambiente cambió cuando ambos vieron a Tanya en la entrada de la casa. Margo dejó de caminar, y Edward dio un paso adelante de forma protectora, su expresión cambiando a una seriedad cautelosa. Tanya, al verlo, bajó la cabeza avergonzada.

New Dawn | Edward Cullen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora